Piedras con propósitoMuestra

Día 2. Piedra guerrera

Cuando David se enfrentó al gigante, confió plenamente en el respaldo de Dios. Eligió cinco piedras lisas de un arroyo. Aunque la Biblia no dice que este detalle tenga un significado espiritual, podemos aprender que, al igual que esas piedras moldeadas por el agua con el tiempo, nuestras pruebas y procesos nos preparan cuando permanecemos en el “agua viva” que es Cristo.
“El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.” (Juan 7:38, RVR1960).

David no confiaba en el tamaño de su piedra ni en su fuerza, sino en el Dios que lo enviaba. Su victoria no fue fruto de su puntería, sino de su fe en que “de Jehová es la batalla” (1 Samuel 17:47, RVR1960).

Así también, aunque podamos sentirnos pequeños o insignificantes, en las manos de Dios nos convertimos en instrumentos poderosos. De las cinco piedras, solo bastó una para derribar a Goliat, recordándonos que “no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” (Efesios 6:12, RVR1960).

Aplicación:
Identifica un “gigante” en tu vida y preséntalo en oración a Dios. Confía en que él te capacitará, aunque lo que tengas en tu mano parezca insuficiente.

¿Estoy confiando más en mis recursos o en el poder de Dios?

Oración:
Señor, toma lo que soy y lo que tengo, y úsalo para tu gloria. Enséñame a no sentirme inferior, sino a confiar en que sigues trabajando en mí para hacerme un instrumento en tu batalla. Amén.