Reimaginar La Valentía a Través De La Vida De EstebanMuestra

Una Base Inquebrantable

Cuando tu fe se ve desafiada o cuestionada, ¿en qué te apoyas para encontrar estabilidad? ¿Tus sentimientos? ¿Experiencias personales? ¿Las opiniones de quienes te rodean? Si bien estas pueden ser útiles, también son frágiles. Las emociones cambian. Las experiencias varían. Las personas cambian de opinión. Pero Esteban nos muestra cómo cimentar nuestra confianza en algo mucho más fuerte: la fidelidad inquebrantable de Dios, entretejida a lo largo de la historia.

Ante el Sanedrín, Esteban no se lanzó a una defensa personal apasionada. En cambio, ofreció un relato amplio y lleno del Espíritu de la historia de Israel, desde Abraham hasta José y Moisés. Fue un recordatorio cuidadosamente elaborado y profundamente teológico: Dios siempre ha sido fiel, y su pueblo a menudo se ha resistido.

El propósito de Esteban era claro. No solo estaba dando una lección de historia; estaba poniendo en evidencia su error. Así como Israel había rechazado a José y a Moisés, el Sanedrín ahora rechazaba a Jesús. Estaban repitiendo el mismo ciclo: resistiéndose al mensajero escogido por Dios y pasando por alto el plan supremo de Dios.

Pero aún más poderoso que esa acusación fue el aliento subyacente de Esteban: a pesar de todo, Dios nunca dejó de obrar. Sus propósitos no se vieron frustrados por el fracaso humano. Sus promesas no flaquearon ante el rechazo. Desde los patriarcas hasta los profetas, en Egipto o en el desierto, Dios siempre fue fiel, incluso cuando su pueblo no lo fue.

Ese fue el fundamento sobre el que se asentaba Esteban. No argumentos ingeniosos. Ni carisma personal. Ni impulso cultural. Se asentó en la roca sólida de la Palabra y el testimonio de Dios. Por eso pudo hablar con valentía y sin temor, porque su fe estaba cimentada en el carácter probado de un Dios inmutable.

Tú y yo tenemos acceso al mismo fundamento. Cuando nuestras convicciones son cuestionadas, cuando la cultura nos contradice, cuando sentimos presión para callar o ceder, no tenemos por qué tambalearnos. Podemos mantenernos firmes en la trayectoria de un Dios fiel que siempre ha cumplido y siempre lo hará.

Cuanto más conocemos la historia de Dios, más inquebrantable se vuelve nuestra confianza. Las Escrituras no son solo un libro religioso; son un registro de la búsqueda incansable de Dios por su pueblo. Y cuando nos empapamos de esa verdad, encontramos el valor para afrontar lo que nos depara el futuro.

Preguntas de Reflexión:

1. ¿Cómo te ayuda a mantenerte firme ante tus desafíos actuales comprender la fidelidad de Dios a lo largo de la historia?
2. ¿Cómo puede el crecer en las Escrituras y conocer más profundamente el carácter de Dios equiparte para enfrentar la oposición con valentía?

Oración:
Gracias, Señor, por tu inquebrantable fidelidad a lo largo de la historia. Ayúdame a construir mi vida sobre el sólido fundamento de tu verdad y tu carácter. Fortalece mi confianza en tu naturaleza inmutable y ayúdame a mantenerme firme ante la presión. Oro en el nombre de Jesús. Amén.