Reimaginar La Valentía a Través De La Vida De EstebanMuestra

Cuando la Verdad Trae Problemas

¿Alguna vez te han malinterpretado, criticado o incluso atacado por defender lo correcto? Quizás sucedió en el trabajo cuando te negaste a comprometer tu integridad, o en tu familia cuando adoptaste una postura impopular, pero bíblica. Es una de las experiencias más desalentadoras de la vida: hacer lo correcto y sufrir por ello. Pero la historia de Esteban nos recuerda una verdad más profunda: la oposición a menudo confirma que estamos en el camino correcto, no en el equivocado.

El ministerio lleno del Espíritu Santo y la sabiduría inquebrantable de Esteban lo hicieron invencible en un debate honesto. Así que sus oponentes recurrieron a medios deshonestos. En secreto, persuadieron a otros de mentir, acusándolo de blasfemia contra Moisés y Dios. Funcionó. El pueblo, los ancianos y los maestros de la ley se indignaron. Esteban fue apresado y llevado ante el Sanedrín, el mismo tribunal religioso que había condenado a muerte a Jesús. Los cargos fueron severos: "Este hombre no deja de hablar en contra de este lugar santo y de la ley." (Hechos 6:13, NIV)

Sin embargo, lo que sucede a continuación es asombroso. Lucas escribe: "Todos los que estaban sentados en el Sanedrín miraron fijamente a Esteban, y vieron que su rostro era como el de un ángel." (Hechos 6:15, NIV) En medio de falsas acusaciones, en presencia de enemigos poderosos, el rostro de Esteban irradiaba una paz y una calma sobrenaturales.

¿Qué aprendemos de este momento? Decir la verdad a veces te meterá en problemas. Andar en la voluntad de Dios puede llevarte directamente a la oposición. El sufrimiento no siempre es señal de que algo anda mal; a menudo es señal de que estás justo donde debes estar.

La audaz proclamación del evangelio por parte de Esteban no ofendió porque fuera grosera, sino porque era verdadera; sus palabras expusieron la vacuidad de la tradición religiosa sin relación. Eso incomodó a sus oyentes. Aún hoy, cuando el evangelio amenaza la comodidad o el control, los oponentes a menudo responden no con un desacuerdo razonado, sino con distorsión, desvío o ataque personal.

Cuando eso sucede, Esteban nos muestra cómo responder. No entró en pánico ni contraatacó. No se retractó ni suavizó el mensaje. Se mantuvo firme, confiando en que Dios veía la verdad aunque otros no la vieran. Su rostro no reflejaba miedo ni furia; reflejaba la paz del cielo.

Te enfrentarás a decisiones similares cuando defender a Jesús genere tensión, incomprensión o rechazo, ¿cederemos para evitar la incomodidad o nos mantendremos firmes con gracia y valentía? Esteban nos recuerda que la aprobación de Dios es más importante que la opinión pública. Y cuando valoramos su «bien hecho» por encima del aplauso del mundo, descubriremos una paz inquebrantable, incluso ante falsas acusaciones.

Preguntas de Reflexión:

1. ¿Alguna vez has experimentado oposición o tergiversación debido a tus convicciones cristianas? ¿Cómo respondiste?
2. ¿Cómo sería si tu rostro fuera como el de un ángel en un momento de oposición? Recuerda: Cuanto más tiempo pasamos con Dios, más visible se hace su carácter en nosotros.

Oración:
Dios, cuando la verdad me cause problemas, ayúdame a responder con la valentía y la calma de Esteban. Que tu paz brille a través de mí en momentos de conflicto. Enséñame a valorar tu aprobación por encima de todo. Amén.