Más Allá De Lo VisibleMuestra

Día 1 — Adorar en medio de la incertidumbre

Este año comenzó con esperanza para mí y para mi familia, pero pronto nos encontramos con puertas cerradas: clientes que se iban, oportunidades que se desvanecían, planes que no prosperaban. La carga emocional y financiera era cada vez más pesada, y había días en los que sentía que la fe podía desfallecer. Sin embargo, un día Dios me hizo ver algo que cambió mi perspectiva: no importa cuán difícil sea la situación, puedo decidir creerle a Él.

Fue un recordatorio profundo. Dios es suficiente. Él ha estado conmigo antes, es más grande que mis errores, mis miedos y mis inseguridades. Pase lo que pase, Él sigue siendo Dios y sigue siendo mi Dios. Ese día recordé que muchas veces nuestra atención se concentra en “resolver” la situación, y en intentar controlar todo, pero lo que verdaderamente importa es reconocer quién pelea nuestras batallas.

Aprendí también que la adoración tiene poder. Así como el pueblo de Judá en 2 Crónicas 20: 17 NVI, recibió instrucciones de no luchar en la batalla, sino quedarse quietos y ver la salvación de Dios, yo entendí que, mientras yo confío y alabo, Dios ya está obrando. La alabanza no es una respuesta emocional, sino que es una declaración de fe.

Sé que puede resultar difícil alabar cuando nos sentimos sin fuerzas, desgastados y abatidos, cuando creemos que la situación es tan compleja que ya no hay nada que podamos hacer. Pero la alabanza no depende de nuestras circunstancias, ni de cómo nos sentimos. La alabanza es reconocer que, aun en la batalla, que aun en las circunstancias más complejas y que no entendemos, Dios sigue siendo Dios, y yo puedo seguir confiando en Él. Con mi alabanza en medio de lo incierto, declaro que mi confianza está en Dios, no por lo que Él pueda hacer por mí, sino por lo que ya hizo por mí a través del sacrificio de Jesús.

No creo que alabar se trate de nosotros, sino, más bien, de Él. Pero lo que sí creo, es que la alabanza nos pone en una actitud humilde delante de Dios, y más que ser una transacción en la que “yo alabo y Dios hace algo a mi favor” es rendirme delante de Él y no solo reconocer que sola no puedo sino que Él mejor que nadie sabe lo que es mejor, y que suceda lo que suceda si me alineo y sigo confiando en El, a pesar de las circunstancias, entonces, Su voluntad sucederá. Y lo bonito de esto, es, entender que Su voluntad para mi vida siempre es buena, es agradable, y es perfecta, como dice Romanos 12:2 NVI, y esto es así, aunque lo que suceda no es lo que espere o no sea de mi agrado.

El Salmo 118:68 dice: “Tú eres bueno y haces el bien; enséñame tus estatutos.” NVI.

Podemos estar seguros de que todo lo que Dios hace es bueno, porque Él es bueno.

"Prueben y vean que el Señor es bueno; dichosos los que se refugian en él." Salmo 34:8 NVI

Hoy, incluso con algunas cosas sin suceder todavía, sin ver aún algunos milagros, puedo tomar mi lugar, dejar la ansiedad y la desesperación, y elegir adorarlo. Porque reconozco que lo necesito.

Aplicación:

• Haz una lista de las áreas de tu vida donde sientes que las puertas se han cerrado y entrégalas a Dios en adoración.

• Cada vez que sientas miedo o duda, repite: “Señor, confío en Ti y en Tu tiempo perfecto”.

• Dedica un momento del día a cantar o declarar su grandeza, aunque la situación parezca no mejorar.

Oración:

Señor, hoy decido adorarte y confiar en que Tú eres suficiente para cada área de mi vida. Pelea por mí mientras yo te alabo, fortalece mi fe para mantenerme firme en medio de la incertidumbre. Ayúdame a alinearme a ti, a tu plan para mí. No quiero nada que no venga de ti, decido renunciar a mi idea de lo que debe suceder o de lo que creo necesario, para recibir solo aquello que tú consideras importante y necesario para mí. Amén.