Dejando Que Dios Limpie Mi Corazón De MamáMuestra

DÍA 4

DESTRUYENDO A LOS ENEMIGOS DE MI ALMA

PASAJE DEL DÍA:

“Y por tu misericordia disiparás mis enemigos, y destruirás todos los adversarios de mi alma, porque yo soy tu siervo” (Salmo 143:12 RV60).

ENTENDAMOS:

Cuando la Palabra habla de enemigos no se refiere a personas de carne y hueso, sino a enemigos espirituales, potestades que vienen y quieren destruirnos a través del pecado y de los vicios. Nuestra lucha no es contra carne y sangre, es decir, personas, sino contra estos adversarios de nuestra alma, que pueden ser el orgullo, la soberbia, la inmoralidad sexual, el rencor, el odio, la rebeldía, etc.

POR QUÉ ORAMOS:

Para que Dios nos revele quiénes son los enemigos de nuestra alma.

Al saber quiénes son, pídale a Dios que los disipe, que los haga huir y que los destruya.

Declare delante del Señor que usted es su sierva.

Declare que la misericordia de Dios está sobre su casa, por lo tanto, sus enemigos son disipados y destruidos.

Señor: Perdóname porque tal vez nunca pensé que podría tener enemigos que quieren destruir mi alma. Te pido perdón y te pido que a través de tu Espíritu Santo me reveles cuáles son mis enemigos. Y ahora, Señor, por la misericordia y por el gran amor que me tienes, te ruego que a cada uno de estos enemigos los disipes, los destruyas, Padre, porque yo soy tu sierva.