Casa De Oración Puerta Del CieloMuestra

Yo y mi casa
En su discurso final, Josué convoca al pueblo de Israel a tomar una decisión definitiva: servir al Señor o seguir a los dioses de las naciones vecinas. Con firmeza, declara: "Pero yo y mi casa serviremos al Señor". Esta afirmación no es solo personal, sino generacional: Josué se posiciona como líder espiritual de su hogar. Jesús habla de edificar la casa sobre la roca, y el (Salmo 127) nos recuerda que, si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los que la edifican.

Reflexión:
Tu hogar es más que un espacio físico: es un altar, un campo de batalla espiritual, una herencia eterna. Hoy, Dios te llama a levantar bandera sobre tu casa y declarar: “Aquí se sirve al Señor”. No importa el pasado, ni las grietas en los muros, ni maldiciones generacionales: si decides edificar sobre la roca, Él reconstruirá lo que parecía perdido. ¿Qué cultura estás cultivando en tu hogar? ¿Qué voz guía tus decisiones familiares? Este día es una invitación a consagrar tu casa, a orar juntos, a enseñar la Palabra, a cerrar puertas al enemigo y abrirlas al Rey de gloria. Porque cuando Él edifica, nada se derrumba.

Tu casa tiene un llamado eterno

No es solo un lugar donde se duerme y se come. Es un espacio donde se forma carácter, se cultiva fe, se modela el Reino. Pero eso no ocurre por accidente: requiere decisión, liderazgo y consagración.

Josué no esperó que su familia decidiera: él lideró con convicción. Jesús no dijo que la casa no enfrentaría tormentas: dijo que, si está sobre la roca, no caerá. El salmista no dijo que no trabajemos: dijo que, sin Dios, todo esfuerzo es en vano.

Una casa consagrada, una familia encendida

La salvación es individual, sí… pero el anhelo del corazón de Dios es una familia entera rendida a Sus pies. Qué glorioso sería que todos en nuestro hogar —padres, hijos, abuelos, hermanos— buscaran juntos al Señor, orando, leyendo la Palabra, adorando con una sola voz. Cuando una familia se une en devocionales, en ayuno, en alabanza, el cielo se establece en la casa.

Pero cuando uno se enfría, cuando alguien deja de orar, cuando se apaga la lámpara de la intimidad, se abre una grieta por donde el enemigo puede entrar. Por eso, no basta con que uno solo sea fuerte: todos deben velar, todos deben arder. Una casa dividida no prevalece, pero una familia unida en el Espíritu es un muro de fuego contra las tinieblas. La familia debe de ser funcional con: “amor, comunicación y confianza”.

Declara hoy con fe:

• Mi familia no es del mundo, no es del pecado, no es de la perdición.
• Mi familia es de Cristo.
• Mi familia le sirve, le ama, le espera.
• Mi familia será salva, y veremos juntos Su rostro.
• Mi casa no será espectadora, será parte del Reino, de las bodas del Cordero, del gozo eterno.

¿Quién edifica tu casa? ¿Sobre qué estás construyendo?

Desafío para hoy:

• Declara sobre tu hogar: “Aquí se sirve al Señor".
• Ora con tu familia, no solo por tu familia.
• Enseña la Palabra, no solo la menciones.
• Cierra puertas al enemigo: música, hábitos, actitudes que contaminan.
• Abre ventanas al cielo: adoración, perdón, unidad, honra.

Oración:

Padre, consagro mi casa como un altar familiar para Tu gloria. Declaro que toda mi familia te pertenece, te sirve y caminará contigo. Aviva en nosotros el deseo de orar, adorar y permanecer unidos en fe. Cierra toda puerta que el enemigo quiera usar y rodea nuestro hogar con Tu luz. Haz de nuestro hogar un anticipo del cielo, donde todos celebremos juntos Tu Reino. Amén.

Recuerda:” Dios te ama♥️y eres especial para Él”

Yo soy su hij@

Ha sido un gusto compartir contigo un tema muy interesante. Acerca de cómo hacer de nuestras vidas una “Casa de Oración y Puerta del Cielo” Vivir en esa santidad y en intimidad. Si deseas un acercamiento y estudios de su palabra, te invito a unirte y a conocer nuestra congregación: Instagram: @iglesia_copc

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