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La Felicidad Que No Se AcabaMuestra

La Felicidad Que No Se Acaba

DÍA 5 DE 5

Día 5 – Satisfechos solo en Cristo

Vivimos en una cultura que nos dice constantemente que necesitamos más: más cosas, más experiencias, más reconocimiento, más logros. El problema es que, aunque logremos obtener lo que buscamos, el vacío del corazón siempre reaparece. El alma humana tiene una sed que nada creado puede saciar.

El salmista nos muestra la clave cuando declara: “me llenarás de alegría en tu presencia y de dicha eterna a tu derecha” (Salmo 16:11 NVI). La plenitud no está en acumular logros, sino en la presencia de Dios. La felicidad que promete el mundo es temporal; la que ofrece Cristo es eterna.

Pablo también lo entendió. Después de haber alcanzado prestigio, educación, y reconocimiento como fariseo, llegó a la conclusión radical: todo lo consideraba pérdida en comparación con el valor supremo de conocer a Cristo (Filipenses 3:7–8 NVI). Esa es la confesión de alguien que descubrió la verdadera riqueza. Lo que antes parecía importante quedó eclipsado por el incomparable gozo de pertenecer a Jesús.

Jesús mismo lo ilustró en su encuentro con la mujer samaritana en Juan 4. Ella había buscado llenar su vacío en relaciones rotas, pero seguía insatisfecha. Entonces Jesús le ofreció un agua distinta: una fuente inagotable que sacia para siempre. Esa promesa también es para nosotros. Cuando venimos a Cristo, dejamos de vivir de ilusión en ilusión y encontramos un descanso profundo para nuestra sed interior.

Estar satisfechos en Cristo no significa que no tengamos sueños o necesidades, sino que reconocemos que ninguna de esas cosas puede ocupar el lugar central de nuestro corazón. El gozo de Cristo no se agota cuando los planes cambian o cuando enfrentamos pérdidas. Al contrario, se vuelve más evidente en medio de la escasez, porque descubrimos que lo único que no nos pueden quitar es lo que realmente importa: Jesús mismo.

Practicar esta verdad en la vida diaria implica cultivar gratitud, contentamiento y confianza. Gratitud, porque reconocemos lo que ya tenemos en Cristo. Contentamiento, porque aprendemos a descansar en lo que Él provee. Y confianza, porque sabemos que su amor es suficiente para cada circunstancia.

La verdadera felicidad, entonces, no es una meta futura, sino una realidad presente en Cristo. Si Él está contigo, tienes todo lo que tu alma necesita. Como dijo san Agustín: “Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en ti.”

Hoy Jesús te invita a soltar las falsas fuentes de satisfacción y a beber del manantial que nunca se agota. Solo en Él encontrarás la paz, el gozo y la plenitud que tu alma anhela.

Preguntas de reflexión

  • ¿Qué cosas en tu vida tienden a ocupar el lugar de Cristo como tu fuente de satisfacción?
  • ¿Cómo puedes practicar gratitud y contentamiento esta semana?
  • ¿Qué significa para ti considerar “pérdida” todo lo demás en comparación con Cristo?

Gracias por acompañarme en este plan devocional. Oro para que cada lectura haya fortalecido tu fe y recordado que en Jesús encontramos plenitud. Si fue de bendición para tu vida, compártelo con alguien más.

Visita también www.martepodcast.com, donde encontrarás más recursos bíblicos para tu crecimiento espiritual.

Te bendigo en Cristo,

Felipe Echeverri

Acerca de este Plan

La Felicidad Que No Se Acaba

Todos buscamos felicidad, pero el mundo nos ofrece fuentes que siempre se secan: logros, relaciones, placeres. Jesús, en cambio, promete saciar nuestra sed más profunda. Este devocional de 5 días te invita a descubrir que la verdadera felicidad no es temporal ni superficial, sino una plenitud que solo se encuentra en Cristo. Él es el gozo eterno que tu alma necesita.

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Nos gustaría agradecer a Felipe Echeverri por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.martepodcast.com