Desentierra Tus Sueños: De La Desilusión a La AcciónMuestra

¡Es tiempo de desenterrar!
María y Marta eran dos hermanas que habían sepultado a su hermano mayor y después de unos días, en medio del duelo, llegó Jesús.
Marta, como alguno de nosotros, tenía el reclamo fácil “si hubieras estado aquí…”, le dijo
¿Cuántas de nuestras oraciones están conjugadas así en condicional, no?
Señor, si esto hubiera sido distinto, Señor, si me hubieras cuidado de esto… Muchos hubieras o hubieses.
Sin embargo, Marta junto con el “hubieras” le expresa fe y confianza con su “sé que aún ahora…”.
No hay nada malo en expresarle con toda nuestra honestidad a Jesús todos nuestros hubieras y hubieses, todo lo contrario, tenemos que tener más oraciones honestas; pero para experimentar la resurrección no dejes de sumarle certezas: sé que aún ahora.
Hubieras… pero sé.
Señor, hubieras salvado mi relación, pero sé que aun ahora estás cuidando mi corazón.
Señor, hubieras impedido esa tragedia, pero sé que todas las cosas ayudan a bien para aquellos que te amamos.
Señor, hubieras actuado en el momento que yo esperaba, pero sé que aun ahora podés obrar con poder porque no estás limitado por mis tiempos.
Señor yo quería esto, pero sé que tus planes son mejores para mí.
Y Jesús responde al “hubieras + pero sé” no solamente con el posterior milagro, sino con la revelación más maravillosa de nuestra fe cristiana, la certeza de la vida eterna. Le dijo:
Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá, 26 y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto? 27 Ella le dij: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que viene al mundo. (Juan 11:25-27 LBLA).
Jesús le revela el final de la historia, le revela la victoria definitiva del Reino de los Cielos sobre los poderes de la muerte.
Porque en el camino a resucitar lo que está muerto en nuestra vida, Dios está interesado en revelar su carácter, su persona.
Marta jamás hubiese tenido esa conversación con Jesús acerca de la resurrección, si Lázaro no hubiera muerto.
En medio de tu proceso, no te pierdas la parte central de este camino, que es conocer más y mejor a Jesús, conocer su carácter, su esencia.
Marta había sepultado a su hermano y cuando fue al encuentro con Jesús, fue sincera en su oración y le expresó su frustración: “Hubieras estado aquí”, pero no se quedó ahí, también declaró su certeza: sé que Dios puede hacerlo.
Y no solo recibió el milagro que esperaba, sino que recibió tanto más. Recibió la revelación del carácter de Jesús, recibió la revelación de la vida eterna, recibió al Mesías. ¡Nosotros también podemos experimentarlo!
Escrituras
Acerca de este Plan

Ocho días para volver a soñar. Ocho días para resucitar lo que la desilusión enterró. Jesús sigue diciendo: “Yo soy la resurrección y la vida”. ¿Te animas a creerlo?
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Nos gustaría agradecer a Florencia Mraida por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.instagram.com/flormraida?igsh=MW5wbDBobW1ncDF2ag==&utm_source=qr
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