Guía Práctica Para Orar Con PasiónMuestra

ACCIÓN DE GRACIAS, ADORACIÓN Y ORACIÓN

Reflexión:

En lo personal, comienzo mi tiempo de oración agradeciendo a Dios por todo lo que ha hecho por mí. Le agradezco por mi esposa e hijos, mis amigos, mi ministerio y por Su favor, provisión y protección. La acción de gracias es la forma más rápida de entrar en la presencia de Dios. El Salmo 95:2 nos insta a que: “Lleguemos ante él con acción de gracias.”

Dar gracias a Dios es la mejor manera de poner tus problemas en perspectiva. Cuando comienzas a agradecer a Dios por todo lo que ha hecho, tu enfoque cambia de lo que no tienes a lo que sí tienes, y eso lo cambia todo. Cuanto más agradezcas a Dios, más fácil te resultará.

Después de dar gracias a Dios, dedico un tiempo a la adoración. Ahora bien, me refiero a algo más que cantar algunas canciones de mi lista de cantos favoritos. La música puede ayudar a facilitar la adoración, pero la adoración no es la música que tocamos o las canciones que cantamos. La adoración es el amor, la alabanza y el honor que le damos a Dios. Es una relación apasionada de amor con Dios. Dedica algún tiempo a la adoración personal, derramando tu corazón y tu amor a Dios.

Tienes la libertad de cantar, aplaudir, levantar tus manos o danzar. Haz cualquier cosa que te ayude a conectarte con Dios. La actividad principal en el Cielo revelada en las Escrituras es la adoración. ¿Por qué no comienzas a vivir tu propósito eterno hoy?

La adoración fluye naturalmente hacia la oración. Habla con Dios y derrama tu corazón como lo harías con tu mejor amigo. No es necesario que le hables a Dios en el idioma de Reina Valera: simplemente sé abierto, honesto, real y vulnerable. Cuando estés contento, díselo. Cuando estés enojado o frustrado, díselo. Dios es una persona madura; Él puede soportar tu honestidad.

Ora por sabiduría para tomar las decisiones correctas. Pídele a Dios que aumente tu capacidad de amarle a Él y a la gente en general. Ora para que la integridad guarde tu corazón y no deshonres a Dios o a tu familia. Ora por tu familia, amigos, compañeros de trabajo, vecinos, líderes y cualquier otra persona que el Espíritu Santo ponga en tu corazón. Después de hablar con Dios, quédate en silencio y escúchalo. Al principio puede parecer extraño e incómodo sentarse sin hablar, pero será más fácil cuanto más lo hagas. El Pastor Robert Morris escribe: “Si quieres escuchar la voz de Dios, entonces debes llegar a conocer a Dios como persona, y esto requiere tiempo y voluntad, lo mismo que se necesita para conocer a cualquier amigo.”

Hay muchas maneras en las que Dios puede hablarte. Puede poner un versículo bíblico en tu corazón, guiarte a orar por alguien, recordarte una de Sus promesas, convencerte de pecado, consolarte, animarte, darte una idea creativa o darte paz. Pero tienes que escuchar.

Toma un tiempo y anota las respuestas a las siguientes preguntas:

• ¿Cuál será mi lista de acción de gracias? ¿Cómo vivirá una vida agradecida de oración?
• ¿Qué impide que pueda hablar con Dios y escuchar su voz?

Oremos juntos para que cada tiempo de oración sea sincero, profundo y transforme nuestra vida de oración. ¡El Señor nos está esperando con brazos abiertos y con mucha atención!