Día 4: Cuando otros avanzan y tú no

Reflexión:

Uno de los desafíos más grandes de la espera es ver a otros recibir lo que tú esperas. El ascenso, el llamado, la pareja, la sanidad, el ministerio. Y tú… aún sentado.

Pedro pasó por eso. En Juan 21, cuando Jesús le reveló su futuro, Pedro respondió señalando a Juan: “¿Qué va a pasar con él?” Y Jesús le respondió con firmeza: “Si quiero que él permanezca… ¿qué te importa a ti? ¡Tú sígueme!”

Dios nos llama a dejar de comparar procesos. Cada uno tiene su propio calendario divino. No estás tarde. No estás olvidado. Estás en formación. La espera no es una pausa en tu historia, es parte vital de ella.

Cuando otros avancen, alégrate. Aplaude su milagro. Pero no mires el reloj con ansiedad. Tu momento llegará. Y será perfecto.

Acción del día:

Haz una oración de bendición por alguien que está avanzando en un área donde tú estás esperando. Practica el gozo por los demás.