Seguras en CristoMuestra

Unidas en Cristo

Lectura: Efesios 2:14-18

EOAO: Efesios 2:17-18

Y vino y anunció la paz a vosotros que estabais lejos y a los que estaban cerca, para que por medio de él unos y otros tengamos acceso en un mismo Espíritu al Padre.

En el texto

Uno de los mayores regalos del Nuevo Testamento es que todos los creyentes están unidos en un sólo cuerpo, el de Cristo. Esto puede parecer imposible, especialmente con la división que plaga nuestras sociedades hoy en día. Pero en Cristo, podemos tener paz con Dios y paz entre nosotros.

Esta paz es mucho más que la ausencia de discusiones o de fingir que nos llevamos bien con los demás. Es más bien una paz arraigada en la verdad del evangelio y en el acceso a Dios Padre.

Proviene de saber que todos somos pecadores que hemos sido salvados por gracia; por lo tanto, extendemos esa misma gracia y perdón a los demás. Por eso luchamos por la unidad con nuestros hermanos y hermanas en Cristo.

Todos tenemos la misma misión de crecer en la gracia y dar a conocer el nombre de Cristo en todo el mundo. Es a través de Cristo que podemos unirnos, sin importar quiénes somos, de dónde venimos, nuestros antecedentes o nuestras preferencias.

Esto significa que luchamos por la comprensión y la reconciliación. Pasamos por alto las ofensas menores. Nos hacemos responsables unos a otros de no dejarnos arrastrar por el pecado. Buscamos superarnos unos a otros en amor y vivir en comunión.

Cristo no vino para que viviéramos vidas aisladas. Vino para que fuéramos parte de su santa familia.

Hoy, podemos esforzarnos por ser pacificadores unidos bajo el estandarte de Cristo. Tú tienes un papel que desempeñar en el Reino y estás llamada a hacerla junto a tus hermanos en la fe.

Oración

Jesús, gracias por ser el Príncipe de Paz. Te pido que me ayudes a ser pacificadora, dentro del cuerpo de Cristo, y a buscar amar y servir a quienes me rodean. Amén.