¿Cómo enfrentar la ansiedad a diario?

En este día quiero compartirte algunas herramientas súper prácticas que, hasta el día de hoy, me ayudan a que la ansiedad no tome control de mi vida.

1. Sé intencional en renovar a diario tu mente con el pensar de Dios por medio de Su Palabra. Romanos 12:2 nos exhorta claramente a no adaptarnos a cómo este mundo piensa y funciona. Este mundo es controlado por el temor y la inseguridad. Si no renuevas tu mente, seguirás siendo controlado por cómo este mundo piensa. El mundo no va a cambiar, pero tú sí puedes cambiar. Cuando tus pensamientos son transformados, conocerás la voluntad de Dios para tu vida, la cual es buena, aceptable y perfecta. La verdad de Dios no te llevará a la ansiedad, la verdad de Dios te llevará a la paz y a la calma.
2. Cultiva una actitud de gratitud constante. Esto te ayudará muchísimo. Por unos meses tuve una libreta al lado de mi cama y, antes de comenzar el día, escribía al menos una cosa por la cual daba gracias. La gratitud mata la preocupación y alimenta la fe. Esto fue muy efectivo para alimentar mi fe y confianza en Dios. Recordar constantemente todas las bendiciones de Dios mantendrá a la vista las evidencias de Su cuidado. Cuando dejamos de mirar las bendiciones de Dios, comenzaremos a darle más atención a la queja; la queja lleva a la ingratitud, y la ingratitud cultiva la ansiedad.
3. Busca el apoyo de una persona que te pueda abrazar en esos momentos de vulnerabilidad. Puedo testificar cómo el apoyo de mi esposo, al escucharme y abrazarme, ha sido clave para manejar mis crisis con la ansiedad. Callar no nos lleva a la solución. Hay poder en la confesión. Te aconsejo que identifiques, con la ayuda de Dios, una persona o grupo de apoyo donde puedas hablar y expresarte sin sentirte avergonzado, humillado o juzgado.
4. Respira y vuelve a respirar. Aprende a regular tu cuerpo, aprende a escucharlo. Hacer algunos cambios en tu rutina, cuidar tu alimentación, caminar, descansar o hacer algo que disfrutes mucho puede traer grandes beneficios. Aprende a manejar tu agenda para que no caigas en la trampa del afán de querer resolver todo en un día.
5. Mantente conectado al corazón de Dios por medio de la oración. La Palabra nos invita a que oremos por todo y que, en todo tiempo, oremos. Orar es soltar, orar es confiar, orar es tener expectativa, orar es fe, orar es descansar. No dejes de orar, no interrumpas tu relación con Dios por causa de tus temores, inseguridades y preocupaciones. Dios desea que puedas confiarle todo; Él nunca te va a rechazar. Ha prometido, y será fiel, en que siempre estará contigo.