Devocional Septiembre "Lámpara a mis pies"Muestra

“¿Qué hombre vivirá y no verá muerte? ¿Librará su vida del poder del Seol?” (Salmo 89:48 RVR1960).

Aunque con la entrada del pecado al mundo la muerte se hizo parte del destino de cada ser humano, esta idea de morir siempre ha resultado difícil de asimilar para todas las personas independientemente de la época o de sus creencias. La razón es sencilla, Dios nos creó para vivir para siempre, puso la eternidad en nuestros corazones (Eclesiastés 3:11 RVR1960) y por eso la muerte siempre nos resultará antinatural.

El salmista se pregunta si algún hombre podrá librarse del poder de la muerte, un hecho que en su época era inimaginable. Sin embargo, el cumplimiento de ese anhelo profundo de que la muerte fuera derrotada llegó cuando Dios se hizo hombre y habitó entre nosotros., cargó nuestro pecado, recibió nuestro castigo, entregó su vida, ¡pero al tercer día resucitó con poder!

A partir de ese día la muerte dejó de reinar, lo que el salmista anhelaba se convirtió en una realidad para todos. El que muere con Cristo realmente no muere, porque se volverá a levantar para vivir para siempre. ¡Esas son las buenas noticias del Evangelio!