Alguien me dañó.

Tenemos muchas excusas para no volver a Dios, pero son más las razones que nos motivan a hacerlo.

Iniciemos

Una de las razones por las que no sabemos cómo volver a Dios es porque estamos sumergidos en la herida que alguien nos provocó, y terminamos responsabilizando a Dios por las acciones de un ser humano.

Quizás la persona que te lastimó tiene un alto liderazgo en la iglesia o es un miembro de la misma. Sin embargo, cuando alguien te hiere y sigue presente en el lugar donde debes volver, no debes llenarte de temor, porque tu enfoque en todo momento debe ser el Señor.

Sé que es fácil decirlo, pero difícil practicarlo.

Mi testimonio

Recuerdo cuando inicié en el evangelio. Estaba en mi primer campamento de jóvenes, y una de las líderes se burlaba de mí. Yo no conocía a nadie y me sentía tan mal, pues apenas comenzaba a conocer de Jesús. Vinieron muchos pensamientos de abandonar el evangelio, hasta que fui confrontada con una pregunta:

"¿A quién viniste a seguir?"

Fue ahí que entendí: esto no depende del ser humano, sino de Dios. De Su presencia, Su poder, Su compañía, la guía del Espíritu Santo y del sacrificio de Jesús en la cruz por mí.

Una vez que comprendí esto, a pesar de los ataques, las pruebas y los momentos que me hicieron cuestionarme, no me he rendido ni tiraré la toalla.

Dios puede sanar tu corazón

Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu. (Salmo 34:18).

No será difícil volver si pones tu mirada en la persona correcta: Jesús.

¿Cómo volver a Dios después del daño?

1️⃣Reconoce el dolor, pero no te estanques en él
Aunque mi padre y mi madre me dejaran, (...) Jehová me recogerá.
(Salmo 27:10)

2️⃣Perdona y suelta
no devolviendo mal por mal, (...) sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición.
(1 Pedro 3:9)

3️⃣Enfócate en Jesús, no en las personas
Como Pedro al caminar sobre el agua: cuando dejó de mirar a Cristo, se hundió (Mateo 14:30).

4️⃣Recuerda por qué seguiste a Cristo
No por líderes perfectos, sino por el Autor y Consumador de la fe (Hebreos 12:2).

Oración de sanidad

"Señor, reconozco mi dolor, pero hoy elijo soltarlo.
Sana las heridas que otros causaron en mí.
Ayúdame a perdonar como Tú me perdonas.
Pongo mis ojos en Jesús, no en las fallas humanas.
Renueva mi fe y guíame de vuelta a Tu presencia.
En el nombre de Jesús, amén".

✨ Reflexión final:
El daño humano es real, pero Dios no te abandonó. Él sigue siendo tu refugio (Salmo 46:1).Vuelve a Él, no a la iglesia perfecta, sino al Padre fiel.