¿Roto?...sigue CreandoMuestra

¿Cómo nace una idea?

Desde el principio, Dios se reveló como un Creador. Génesis 1:1 dice: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” No comenzó con instrucciones, ni con reglas, ni con advertencias. Comenzó creando. Eso nos dice algo profundo: fuimos hechos a imagen de un Dios creativo, por lo tanto, la creatividad también habita en nosotros. No importa si te consideras “artístico” o no. Todos tenemos dentro la capacidad de imaginar, construir, soñar y dar forma a lo que aún no existe.

A lo largo de la Biblia, Dios inspiró ideas únicas: a Noé le dio los planos del arca, a José los sueños que lo guiaron, a David canciones que aún cantamos, y a Bezalel (Éxodo 31:2-5) lo llenó del Espíritu Santo para diseñar y construir con sabiduría. Dios sigue hablando hoy, y muchas veces lo hace a través de ideas que llegan en momentos comunes: caminando, leyendo, conversando o simplemente estando en silencio. La clave está en estar atentos, con el corazón dispuesto.

La creatividad, entonces, no es solo un talento; es una forma en que Dios nos invita a participar en su obra. Cuando sientes un deseo de escribir, pintar, componer, diseñar o ayudar a otros de una forma diferente, no lo ignores. Puede ser el Espíritu Santo tocando tu imaginación. 2 Corintios 10:5 dice que llevemos “cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo”. Incluso nuestras ideas pueden ser parte de una vida consagrada.

Muchas veces, una idea creativa nace como una simple chispa: un pensamiento breve, una emoción, una imagen. Puede parecer pequeña, pero si la cuidas, puede crecer. Por eso es importante escribirla, orarla y compartirla. No temas equivocarte. Dios no busca perfección en tu obra, sino obediencia y disposición. Él se encarga del impacto que tendrá. Romanos 12:6 nos recuerda que cada uno tiene dones distintos, y se nos llama a usarlos.

Actividad creativa:

Tómate 15 minutos hoy para estar en silencio, sin distracciones. Luego, hazte esta pregunta: “¿Qué me gustaría crear para honrar a Dios y bendecir a otros?” Puede ser una canción, una carta, un expresso diferente, una idea de proyecto social o algo pequeño que refleje su amor. Escríbelo en un cuaderno. Durante la semana, pídele a Dios dirección para desarrollarlo. Compártelo con alguien de confianza y pídele que ore contigo por eso. La creatividad que viene de Dios no se queda en ti: está hecha para dar vida.