¿Roto?...sigue CreandoMuestra

La sensación de incapacidad en el proceso creativo

En medio del servicio a Dios dentro de la iglesia, el proceso creativo puede ser profundamente gratificante… pero también dolorosamente intimidante. Cuando surgen ideas, pero no sabes cómo llevarlas a cabo; cuando te comparas con otros y sientes que no estás a la altura; o cuando la inseguridad grita más fuerte que tu fe, la incapacidad se vuelve una sombra constante. Muchos ministerios creativos están llenos de personas que luchan en silencio con esta sensación.

Recuerdo que hace un par de meses atrás mi esposo me habló de un proyecto al que fue invitado y me extendió la invitación: crear devocionales sobre creatividad para una plataforma muy reconocida entre los cristianos (ya que él y yo damos talleres de creatividad para la Iglesia - no es comercial), aceptamos. Aunque no me considero experta escribiendo; pues solo lo había hecho para la universidad, redes sociales o correos, sentí que quizás tenía algo que aportar. Comencé a escribir, pero con cada línea venían dudas: “No soy tan buena como otros”, “¿Y si a nadie le gusta?”, “¿Por qué me escogieron a mí?”. Y aun así, aquí estoy. Y aquí estás tú, leyendo un pedazo de lo que llevo dentro. Escribiendo para YouVersion, con la esperanza de que esto te hable al corazón. No soy perfecta, pero tal vez esto te sea útil… y que, sobre todo, Dios sea glorificado.

Cuando te sientes incapaz, recuerda que no eres el primero. Moisés, llamado a liberar a Israel, respondió en Éxodo 4:10: “¡Ay, Señor!… nunca he sido hombre de fácil palabra… porque soy tardo en el habla y torpe de lengua.” Se sentía incapaz, insuficiente, y sin embargo, Dios no se equivocó al llamarlo. Lo que para Moisés era una debilidad, para Dios era una oportunidad para manifestar su poder.

Esta frase la escucharas básicamente toda esta semana en este devocional; la creatividad en la iglesia no se trata solo de talento, sino de obediencia. Dios no busca los más capaces, sino los más disponibles. Como dice 2 Corintios 3:5: “No que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios.” Esto significa que no necesitas tener todas las respuestas; necesitas estar dispuesto a ser guiado.

La sensación de incapacidad muchas veces viene cuando miramos hacia adentro y solo vemos lo que nos falta. Pero el llamado de Dios siempre nos lleva a mirar hacia Él. Filipenses 1:6 nos asegura: “El que comenzó en ustedes la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.” Dios no comienza lo que no planea terminar. Si Él te dio una idea, una inspiración o una responsabilidad creativa, también te dará los recursos para llevarla a cabo.

El proceso creativo puede ser caótico, con momentos de duda y confusión. Pero esos momentos no son señal de fracaso, sino parte del camino. Tal vez hoy te sientes como yo, sin saber si lo que estás haciendo tiene valor. Pero Dios ve tu esfuerzo, tu entrega y tu deseo de honrarlo. Él no desprecia lo pequeño, lo imperfecto ni lo inseguro. Al contrario, le encanta usar lo débil para mostrar su gloria.

Hoy, si te sientes incapaz, haz una pausa. Recuerda que el Espíritu Santo es tu fuente de creatividad, fuerza y dirección. No estás creando solo; estás cooperando con el Creador del universo. Ora, confía, y da un paso más, aunque tiemble tu corazón. Como dice Isaías 41:10: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo.” Lo que haces en obediencia, Dios lo usa en poder.