Devocional Agosto "Lámpara a Mis Pies"Muestra

“Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere” (Juan 2:5 RVR1960).

El evangelio de Juan es muy hermoso porque nos revela a Jesús como Hijo de Dios, como vimos desde sus primeras líneas. Te recomendamos que mientras lees todo este evangelio abras tu corazón y le dediques tiempo de calidad, esto puede cambiar tu vida para siempre.

En medio de este segundo capítulo nos encontramos con el primer milagro público que la Biblia registra de Jesús, durante una boda. Hay algunas cosas muy llamativas de este pasaje que queremos dejar en tu corazón. La primera es que esta pareja que invitó a Jesús y a su familia no sabían que Él era el hijo de Dios. Para ellos Él era solo un invitado más, aún así la sola presencia de Jesús es suficiente para que ocurran milagros asombrosos.

Lo segundo que resulta muy llamativo es que nunca el esposo o la esposa fueron a pedir el milagro, sino que había una persona envíada por Dios (María), que fue sensible a la necesidad de ellos y abogó para que pudieran recibir su milagro. Esto nos habla de la importancia de rodearnos de personas llenas de Dios, ellos fortalecen nuestra fe y nos ayudan a conquistar cosas, a veces sin que siquiera nosotros lo sepamos. Tus amigos te acercan a o te alejan de los milagros.

Otra cosa bien especial es que no era un milagro “de vida o muerte”. Tener buen vino en una boda podía llegar a ser un poco deshonroso para una pareja, pero no era una necesidad vital. Y aún así María (la gran amiga) y Jesús (el hacedor de milagros), se tomaron el tiempo de bendecir a esta familia, mirando los detalles. Esto nos habla del carácter de Dios, Él mismo envió a María y a Jesús allí para poder suplir esa necesidad de este matrimonio. Nuestro Dios es un Dios atento, generoso, interesado en que estemos bien y que cuida de los detalles.

Lo último que hay que señalar es el pasaje que leímos al inicio: si quieres ver milagros de Dios… haz todo lo que Jesús te diga, es así de simple.