Totalmente TransformadoMuestra

Una Nueva Vida, No Sólo Un Nuevo Nombre

Seguir a Jesús no es superarse a uno mismo. Se trata de rendirse.

Pablo dice que ha sido “crucificado con Cristo” que su vieja vida ha terminado, y su nueva vida es ahora vivida por la fe en Jesús. No es sólo lenguaje poético. Es una verdad profunda: cuando seguimos a Cristo, renunciamos a nuestra necesidad de tener el control. Nuestra identidad ya no se basa en el desempeño, reputación o comparación. Está arraigada sólo en Cristo.

Esta nueva identidad no es algo que nos ganamos. Es algo que recibimos. Y cambia todo, desde cómo nos vemos a nosotros mismos, hasta cómo vivimos y para qué vivimos.

Pero a veces lo olvidamos. Caemos en viejos hábitos o sentimos que estamos fingiendo nuestro caminar con Jesús cuando no nos “sentimos” nuevos. Eso es normal. Nuestros sentimientos son a la vez difíciles y poderosos. Debemos recordar que nuestra identidad no se basa en nuestras emociones o desempeño, sino en la obra terminada de Cristo.

Cada vez que te arrepientes del pecado, cada vez que confías en Jesús en lugar de rendirte, estás creciendo en esa nueva identidad. El Espíritu te irá moldeando paso a paso mientras le sigues.

No eres simplemente una versión ligeramente mejor de tu antiguo yo. Eres alguien completamente nuevo, porque Jesús lo transforma todo.

Gracias por acompañarnos en este viaje. Recuerda: tu pasado no te define, tu propósito es mayor de lo que crees y tu identidad está segura en Cristo. Sigue caminando hacia adelante. Sigue dejándote guiar por Él. Y nunca olvides: no eres quien eras. Eres suyo.