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Hecho Para Más

A veces, nos centramos tanto en aquello de lo que Dios nos ha salvado que olvidamos que también nos ha salvado con un propósito.

Según las Escrituras, somos hechura de Dios, su obra maestra. Eso significa que no eres una coincidencia. Fuiste creado con un propósito y una intención. Fuiste hecho por Dios para reflejar su bondad en el mundo.

Tu propósito no es probarte a ti mismo o tratar de obtener la aprobación de los demás. Proviene de lo que eres en Cristo. Ya eres amado y ya perteneces, y eso debería cambiar tu forma de vivir.

Cuando utilizas tus talentos, no es para hacerte notar, sino para reflejar a quien te los dio. Es como publicar algo en Internet y no necesitar los “me gusta” para saber que importa. Puedes estar seguro de quién Dios dice que eres.

Ya sea ayudando a un amigo, defendiendo a alguien, liderando en silencio o compartiendo tu historia, cada pequeño paso de obediencia se convierte en parte del plan mayor de Dios. E incluso cuando sientas que tu parte es pequeña, sigue siendo importante. Porque tu vida forma parte de algo que Dios está construyendo, algo que perdura.

Así que si alguna vez te has preguntado de qué se trata realmente tu vida, comienza aquí: Fuiste hecho nuevo en Cristo para vivir las cosas buenas que Él preparó sólo para ti.