Totalmente TransformadoMuestra

No Eres Quien Eras Antes

Hay una diferencia entre mejora y transformación. La mejora retoca lo que ya existe. La transformación hace algo completamente nuevo.

Cuando empezamos a seguir a Jesús, empezamos de nuevo y nos convertimos en una nueva creación. Eso es lo que Pablo escribe en su carta a los Corintios. ¿El antiguo tú? Desaparecido. ¿El nuevo? Ya está siendo moldeado por Cristo.

Esto no significa que olvidemos instantáneamente todo lo que fuimos. Incluso como nuevas creaciones, todavía luchamos. Todavía luchamos con el pecado, el egoísmo y los momentos que lamentamos.

Pero esa lucha en sí es en realidad un signo de crecimiento. El hecho de que estas cosas te molesten es algo bueno. Significa que el Espíritu Santo está trabajando: moldeándote y ayudándote a parecerte más a Cristo. No estás defraudando a Dios cuando te quedas corto. Su amor por ti no se basa en tu rendimiento. No puedes ganar más de él, y no puedes perderlo. Él ya te dio lo mejor de sí mismo. Y ahora camina contigo, cambiándote de dentro a fuera.

La culpa, la vergüenza, la inseguridad y el orgullo ya no tienen la última palabra. La tiene Jesús.

En Cristo, ya no nos define lo que hemos hecho o lo que nos han hecho. Nos define Aquel que lo dio todo para reconectarnos con Dios. La transformación es real, aunque todavía esté en curso.