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Testigos de la luz (Juan 1:6–9)
La verdadera luz llega, y Dios levanta testigos que la señalen.
Juan el Bautista no era la luz, pero vino para dar testimonio de ella. Juan el Bautista fue testigo de la luz, a fin de que todos creyesen por él.
En medio de la espera mesiánica, Dios levanta a un hombre fiel que apunta a Jesús. El propósito del testimonio es que todos crean. El mundo necesita más que ideas religiosas; necesita testigos fieles que señalen a Cristo con su vida y palabras. Jesús es "la luz verdadera" que alumbra a todo ser humano. Esto implica una revelación universal, pero no siempre reconocida. Vivimos rodeados de luces artificiales: ideologías, fama, poder. Pero solo Jesús alumbra el camino hacia el Padre. Como Juan, somos llamados a ser reflejo de esa luz, sin robarle protagonismo, sino conduciendo a otros a su fuente eterna.
Preguntas de reflexión:
- ¿Estás viviendo como un testigo fiel de la luz de Cristo? ¿Qué evidencias hay de ello?
- ¿Qué significa para ti “apuntar a Cristo” en tu vida diaria?
- ¿Qué aspectos de tu testimonio podrían necesitar más autenticidad, humildad o coherencia?
Escrituras
Acerca de este Plan
El prólogo del Evangelio de Juan revela a Cristo como la Palabra eterna de Dios, fuente de vida, luz del mundo, revelación del Padre y portador de gracia. Este pasaje nos invita a contemplar el misterio de la encarnación, a recibir a Cristo como Salvador y a vivir como hijos de Dios, iluminados por su verdad y transformados por su gracia.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://leadershiftglobal.com/
