La Maternidad: Un Llamado Y Una Gran AventuraMuestra

NUNCA ES TARDE PARA SANAR
Una de las mayores bendiciones que experimentamos como mamás en este tiempo es que estamos formando una generación desde la conciencia. Somos una generación de madres que no tiene miedo de ser vulnerable, de pedir ayuda y de buscar sanidad. Los procesos de sanación que atravesamos no sólo traen bendición a nuestras vidas como mujeres, sino que también permiten que nuestros hijos disfruten del fruto de una mamá saludable en todas las áreas.
El anhelo de Jesús para ti, mujer, es que seas prosperada en todas las cosas y que tengas salud, así como prospera tu alma (3 Juan 1:2).
Cuando me convertí en mamá por primera vez, hace cuatro años, esa no era mi realidad. Físicamente, estaba constantemente enferma. Emocionalmente, vivía en una montaña rusa: llena de miedos e inseguridades. Hoy creo que viví una depresión posparto. No sentía que gozara de buena salud, ni mental ni física, y mucho menos que estuviera prosperando en todo. Este sentimiento me generaba una profunda culpa, porque no podía disfrutar plenamente de la gran bendición que Dios me había dado: ser mamá.
Desde niña, ser madre era uno de mis mayores sueños. Y aunque Dios me lo había concedido, no la estaba pasando bien. En mi caso, fueron varios los factores que influyeron en cómo viví la maternidad durante el primer año, pero sin duda el común denominador era que había muchas heridas y vacíos dentro de mí que necesitaban ser sanados.
Recuerdo que, en un momento de intimidad con Dios, sentí una clara invitación: sanar, para poder dar lo mejor de mí a mi familia. Estoy segura de que, como madres, nuestro mayor anhelo es ver a nuestra familia prosperar y triunfar. Por eso, te comparto mi historia, para hacerte la misma invitación: nunca es tarde para sanar.
Busca una sanidad integral que refleje el amor y el poder de Dios en tu vida. Tú también puedes ser una mujer prosperada en todo y llena de salud, así como prospera tu alma. La mayor herencia que podemos dejarles a nuestros hijos es que amen a Dios y se sepan tan profundamente amados por Él, que crezcan con una identidad firme y segura. Recuerda que parte del llamado que Dios nos hace como madres implica dos cosas fundamentales: permanecer conectadas a la Vid y responder a Su invitación a sanar y ser hechas plenas en Él.
¿En que áreas de tu vida necesitas un toque especial de Dios? ¿Qué te esta impidiendo ser la mamá que anhelas ser para tus hijos? Dios quiere que tu maternidad prospere y puedas GOZARLA.
ORACIÓN
Señor, gracias porque eres tan bueno y paciente conmigo. Hoy creo que tu voluntad es que yo sea una mujer sana, entera y plena en Ti. Muéstrame aquellas cosas ocultas que necesito sanar para poder cumplir con el hermoso llamado de ser madre. Gracias porque Tú cuidas de mí, de mis hijos y de mi hogar. Hoy reconozco que sola no puedo; te necesito en cada decisión, en medio del caos, pero también en los momentos simples. Te invito, Señor, a que estés con nosotros en el día a día: en nuestro camino a la escuela, en nuestras conversaciones, mientras comparto una comida con mis hijos. Amén.
Escrituras
Acerca de este Plan

Un plan para descubrir el corazón de Dios detrás de nuestra maternidad. Juntas aprenderemos el peso de la misión tan importante que Dios nos ha confiado con nuestros hijos.
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Nos gustaría agradecer a Natalia Alducin por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.instagram.com/natalducin