La Maternidad: Un Llamado Y Una Gran AventuraMuestra

DESDE EL INICIO

Cuando Dios creó a Adán y Eva, los bendijo con una instrucción: Sean fructíferos y multiplíquense. Desde el principio podemos ver que Dios formó al hombre y a la mujer con la capacidad de dar fruto, dar vida y multiplicarse. Esa capacidad debería despertar en nosotros un profundo asombro y una enorme gratitud.

Pero lo que más llama mi atención es la manera en que Dios decide bendecir por primera vez al ser humano: lo hace a través de un llamado, el llamado a multiplicarnos. ¿Y cómo nos multiplicamos? Al dar a luz a nuestros hijos.

No sé cuál sea tu idea sobre la maternidad, pero quiero invitarte a que juntas descubramos que la maternidad siempre fue una idea perfecta de Dios. No es un invento social, ni surge de una ocurrencia humana. La maternidad es un llamado que viene directamente del corazón de nuestro Creador. Nuestra experiencia como madres es más que un simple rol: es una misión que Dios nos ha confiado a ti y a mí.

Mientras navegamos esta maravillosa misión, podemos hacerlo con la convicción de que Él promete estar con nosotras en cada momento de nuestra maternidad: en los tiempos difíciles, cuando sentimos que no tenemos idea de lo que estamos haciendo; en los momentos de culpa (ese famoso Mom Guilt /Culpa de madre); pero también cuando nuestros hijos corren a nuestros brazos porque somos su lugar seguro. También ahí está Dios.

Quiero invitarte a abrazar este hermoso llamado con todo tu corazón. Que sea el amor y la gracia de Dios fluyendo a través de ti hacia cada uno de tus hijos. Sé que cada etapa en el desarrollo de nuestros hijos trae sus complejidades y retos, pero saber que tenemos un gran llamado a guiarlos, sostenerlos, amarlos y formarlos, nos ayuda a ver más allá de las dificultades. Recuérdalo: ser mamá es un llamado… y una gran aventura.

ORACIÓN

Señor, gracias por tu amor infinito hacia mí. Gracias porque tu Espíritu Santo me ayuda a entender el hermoso llamado que tienes para mi vida al convertirme en mamá. Quiero abrazar este llamado que viene de tu corazón. Ayúdame a navegar cada etapa con tu favor y tu gracia. Quiero ser fiel con lo que has depositado en mis manos.