Esta Vez Le AlabaréMuestra

Dia 5. Esta vez le alabaré

En este punto de la historia, LEA le había dado 3 hijos a Jacob, y aun así no le mostraba amor, ni la pasión que una pareja dentro de un matrimonio desea experimentar. Puedo imaginar una LEA amargada, triste, frustrada, y aunque aún era joven, ya no tenía sueños ni esperanzas. Es allí donde sale embarazada por cuarta vez, pero en este periodo de su vida la palabra nos muestra que hubo un cambio en ella: comenzó a buscar a Dios no por un favor ni para que otro la amara, sino para que el Rey de los cielos la amara. Comenzó esa búsqueda y esa relación íntima entre LEA y Dios, e inició una temporada donde comprendió que perdió tanto tiempo rogando al cielo por el amor de una persona, cuando debió amar al Dios de los cielos.

Así que llegamos al momento del nacimiento de su cuarto hijo con Jacob, y cuando dio a luz, LEA hace algo que marca la historia de su vida para siempre, hace que el reino de los cielos se detenga a mirarla; expresa con voz firme y fuerte, entre dulzura y pasión, entre lágrimas y gozo: “ESTA VEZ LE ALABARÉ”, refiriéndose al Gran Yo Soy, y en esta frase, si me permiten, parafrasearemos lo que posiblemente dijo: De aquí en adelante te alabaré, porque a pesar del desprecio de mi marido y de muchos acá en esta tienda, tu amor me alcanzó, me transformó, me abrazó y ya no me siento sola, por eso le puso por nombre: JUDÁ. Ella reconoció que solo el amor de Dios le bastaba. Con este hijo alababa a Dios, exaltaba su nombre; se dijo a sí misma: esta vez ya no habrá más ruegos de amor, no habrá más súplicas, no habrá más dolor, no habrá más expectativas hacia su marido; esta vez sería diferente. Adoraba a la fuente del Amor, había vivido el favor de Dios tantos años para con ella al haberle dado ahora 4 hijos que la amaban, y ella había buscado la atención de un hombre por largo tiempo.

Hubo un antes y después de ese momento, y es que amados, decidir alabar a Dios en medio de nuestro dolor, quebranto, miedo, angustia, decepción, enfermedad, depresión, soledad, es una DECISIÓN de un corazón agradecido, es difícil sí, pero es la mejor decisión, que en medio de todo nos detengamos para alabar a Dios, quien tiene el más puro amor que darnos, el Rey de Reyes, el admirable, el Pan de Vida, el Consejero, el Padre eterno, el Príncipe de Paz, el Alpha y omega, el Principio y el Fin, quien nos consuela, nos abraza, nos ayuda, nos conforta, nos alienta, nos levanta día tras día, quien siempre está allí a pesar de nuestras luchas, a pesar que muchas veces no lo sentimos ni lo vemos, a pesar de nuestros errores y fallas, donde creemos que ya no nos puede amar por nuestras debilidades y pecados; LEA paso mucho tiempo para comprender esto, que aunque anhelaba tanto a alguien nunca lo tuvo realmente, pero cuando ALABÓ a Dios lo tuvo todo. Y tú, ¿quieres tenerlo todo?

Tiempo después, y de lo que LEA no se enteró, fue que a través de la genealogía de ese cuarto hijo nacería el LEÓN DE JUDÁ, nuestro Señor y Salvador, el HIJO DEL DIOS ALTÍSIMO. Así es, ese acto de adoración de una mujer que no había sido amada, una mujer despreciada y olvidada, hizo que Dios la escogiera para que de su linaje trajera a su hijo al mundo, el Mesías prometido, el Salvador. ¡Qué grandioso resultado para una historia triste! Cuánta misericordia del Dios justo, que hace que los últimos sean los primeros, que no importa cuánto te desprecien, que no importa cuán derrotado estés, no importa tus errores ni tu pasado, ni cuánto hayas rogado y esperado por ser amado o amada, no importa si eres tomado en cuenta o no, no importa si eres pobre o rico, si estás solo o sola. Dios es un Padre Amoroso que se compadece de aquellos que le buscan con un corazón humillado, y Él te está esperando con sus brazos abiertos; desea tanto que, como LEA, tomes esa decisión de seguirle y decirle en medio de tus dificultades: "Señor, ESTA VEZ TE ALABARÉ".

Dios te Bendiga

Jann Quintero