Sembrando Sueños De DiosMuestra

“El misterio de la fe”

Eclesiastés 11:5 en la versión DHH941 dice:
“Así como no sabes por dónde va el viento, ni cómo se forma el niño en el vientre de la madre, tampoco sabes nada de lo que hace Dios, creador de todas las cosas" (Eclesiastés 11‬:5‬ ‭DHH941).‬‬

Como humanos, jamás podremos comprender la mente de Dios ni sus planes, a menos que Él quiera compartir con nosotros lo que va a hacer. En la Biblia vemos muchas personas comunes y, te diría, sencillas o consideradas débiles, a quienes Dios llamó para marcar la historia. A ellos les reveló sus planes y los guió hasta cumplir su destino.

La versión NBV dice:

“Los caminos de Dios son misteriosos como la senda del viento, o como la forma en que el espíritu humano se infunde en el cuerpo del niño aún en el vientre de su madre" (Eclesiastés 11‬:‭5‬ ‭NBV‬‬).

Los caminos de Dios son misteriosos, nunca sabemos qué es lo que va a hacer ni cómo, pero lo cierto es que cuando Dios quiere que algo suceda, no hay limitaciones que lo frenen.

No estoy escribiendo este plan desde la cima, estoy muy lejos de llegar a la meta, y para serte sincera muchas veces me pregunto cómo Dios abrirá puertas. En mis cálculos 2+2 son 4, pero en los de Dios 2+2 puede ser cualquier número, y lo vemos claramente en Juan 6:9-13 cuando había que alimentar a cinco mil personas y un niño (con fe inocente) ofreció sus cinco panes y dos peces para que todos pudieran comer.

Recuerdo esa fe, porque una vez la tuve. Tenía 8 años cuando mi riñón empezó a funcionar mal y se me caía el pelo, tenía anemia crónica, me daban hierro y no podía hacer ningún tipo de actividad física. Recuerdo, con 8 años, leer en Mateo 17:20 y creer con todas mis fuerzas: “Si tuvieran siquiera una fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrían decirle a aquella montaña que se quitara de en medio y se quitaría. Nada les sería imposible” (NBV). Esperé tres años esa sanidad, y cuando cumplí 11 años no había rastros de anemia en mi sangre. Durante todo ese tiempo siempre confesé que estaba sana, y así fue. Simplemente le creí a Dios.

Te animo a creer con todas tus fuerzas, aún con tus debilidades, con esa fe que llevó a ese niño a confiar en que cinco panes y dos peces en las manos de Jesús eran más que suficientes para alimentar a una multitud.

Oración: Padre, te doy gracias en fe por todo lo que estás haciendo y harás en mi favor. Tus tiempos son perfectos, mi función es creer y trabajar en los sueños que me diste, al resto lo harás Tú. Descanso en tu fidelidad. Ayúdame a confiar en Ti lo suficiente para tener paz aún en medio de la tormenta. Amén.