Ester - Para Este Tiempo Has LlegadoMuestra

Pausa y Ora

Lectura: Ester 4:15-17; Salmos 32:8

EOAO: Salmos 32:8

"Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos".

En el texto

Antes de que Ester tomara la valiente decisión de acercarse al rey, consciente de que podía costarle la vida, hizo algo muy importante. Se detuvo. Sin precipitarse a actuar con su propia fuerza o habilidad. Por el contrario, Ester recurrió a la Oración y al ayuno, y pidió a su pueblo que hiciera lo mismo. Ester sabía que esta tarea, por desalentadora que fuera, no podía llevarse a cabo sin la guía y la fuerza de Dios.

La oración no consiste sólo en presentar nuestras peticiones a Dios. Es también un acto de humildad y entrega, un reconocimiento de que necesitamos a Dios en cada paso que damos. Salmos 32:8 nos recuerda que Dios promete instruirnos y guiarnos, vigilándonos amorosamente. Pero primero debemos dirigirnos a Él y pedirle ayuda. Cuando le pedimos ayuda a Dios, estamos reconociendo que dependemos de Él, abriendo nuestros corazones para dejarnos guiar por Su sabiduría y no por nuestro limitado entendimiento.

C.S. Lewis lo expresó maravillosamente cuando dijo: « Oro porque la necesidad sale de mí todo el tiempo, al despertar y al dormir. Eso no cambia a Dios; me cambia a mí». La oración nos moldea, hace que nuestros corazones se alineen con la voluntad y el propósito de Dios. Como Ester, nos enfrentaremos a muchos retos en nuestras vidas, pero no los afrontamos solos. En momentos de incertidumbre o miedo, Dios está con nosotros, dispuesto a ayudarnos si se lo pedimos.

Querida amiga, ¿En qué aspectos necesitas hoy la sabiduría y la fuerza de Dios? Haz una pausa y tómate un momento para buscarle, confiando en que Él te guiará por el camino que debes seguir, igual que hizo con Ester.

Oración

Querido Jesús, cuando se me presenten desafíos, recuérdame que debo dirigirme a ti primero, buscando tu sabiduría y confiando únicamente en tu fuerza. Ayúdame a confiar en que siempre estás conmigo, guiándome en cada paso del camino. Como a Ester, dame el valor de caminar con valentía en la fe, sabiendo que tus planes son mayores que mis temores. Deja que mi corazón descanse en el consuelo de tu presencia mientras entrego todas mis preocupaciones en tus manos. Amén.