La gracia del perdónMuestra

La reconciliación

El perdón es personal, pero la reconciliación implica a dos personas. Aunque el perdón siempre es necesario, la reconciliación no siempre es posible ni obligatoria. Sin embargo, cuando se da, restaura relaciones y glorifica a Dios.

Jesús enseñó en Mateo 5:23-24 que nuestras relaciones afectan nuestra comunión con Dios. Si sabemos que alguien tiene algo contra nosotros, debemos buscar la reconciliación antes de acercarnos al altar.

Sin embargo, la reconciliación solo puede darse cuando ambas partes están dispuestas. No podemos forzar a alguien a perdonarnos ni podemos aceptar una reconciliación que no sea genuina.

Para acercarnos a alguien con quien hemos tenido un conflicto, debemos:

1. Asumir nuestra responsabilidad.
2. Pedir perdón con humildad.
3. Dar tiempo y espacio para sanar.

Dios nos llama a vivir en paz con los demás, en la medida en que dependa de nosotros (Romanos 12:18). Pero incluso si la reconciliación no es posible, podemos seguir adelante con un corazón limpio.

Aplicación práctica:

Si tienes un conflicto sin resolver, ora y pídele a Dios que te muestre si puedes dar el primer paso hacia la reconciliación.