Afilando mi espadaMuestra

Pablo, en el capítulo 6, profundiza en el llamado a vivir con una perspectiva de humildad y gratitud, poniendo en claro que la verdadera riqueza está en una vida dedicada a Dios. Nos recuerda que, aunque las riquezas materiales son pasajeras, la piedad es de gran ganancia. También nos insta a que, aquellos que tienen riquezas, no se enorgullezcan ni las utilicen para su propio beneficio, sino que las usen generosamente para hacer el bien.

Al leer este capítulo, reflexiona sobre cómo tus propios valores y prioridades se alinean con las enseñanzas de Pablo.

Pablo nos advierte que la búsqueda desenfrenada de riquezas puede desviarnos de la verdadera fe. En lugar de buscar la satisfacción en las cosas materiales, somos llamados a vivir con contentamiento, agradeciendo por lo que ya tenemos. Nuestra identidad y propósito no están en lo que poseemos, sino en nuestra relación con Cristo. Que este llamado a la generosidad y al contentamiento nos desafíe a enfocarnos más en lo eterno que en lo temporal.