Dios, ayúdame, estoy de lutoMuestra

El duelo es personal

No hay solo una forma correcta de hacer duelo. Cada persona experimenta y expresa la pérdida de una manera que es única debido a su personalidad, estilo, creencias, sistema de apoyo y situación.

Vale la pena señalar que existen algunas diferencias en los estilos de duelo entre hombres y mujeres. No todos los hombres ni todas las mujeres mostrarán estos comportamientos, pero conocer estas tendencias específicas de cada sexo puede ayudarte a comprender mejor la respuesta de un individuo concreto ante la pérdida.

Los hombres suelen procesar su duelo en silencio y a solas, tienen dificultades para permitirse llorar, necesitan culpar a alguien o a algo de su pérdida, tienen necesidad de arreglar el dolor ajeno y sienten impotencia.

Las mujeres suelen procesar el duelo en conversaciones con familiares y amigos, lloran con facilidad, se enfocan en comprender por qué se ha producido una pérdida, tienen una sensación de desesperanza y quieren saber cómo se sienten los demás.

Mi marido y yo somos excelentes ejemplos de estas diferencias en los estilos de duelo entre hombres y mujeres. Su padre y mi padre fallecieron con dos meses de diferencia. Mi suegro había estado enfermo. Mi padre, en cambio, falleció repentinamente, sin indicios de que algo estuviera mal.

La respuesta de mi marido a la muerte de su padre fue la típica de muchos hombres. Tenía pocas ganas de compartir sus sentimientos, lloró quizá dos veces y se centró en ocuparse de sus asuntos. Tras el funeral, quiso alejarse de todo el mundo lo antes posible.

Mi respuesta a la muerte de mi padre fue muy diferente. Las lágrimas parecían no detenerse. Encontré un gran consuelo compartiendo mi dolor con amigos de confianza. Tras el funeral, me sentí abrumada por el dolor y agradecí estar rodeada de familiares y amigos para recibir apoyo.

Nuestras necesidades y respuestas eran diferentes. Las diferencias en los estilos de duelo pueden causar tensiones en las relaciones y dar lugar a discusiones, palabras duras y amargura. Tuvimos que aprender a ser conscientes de las necesidades del otro y a respondernos en función de ellas. Cada uno de nosotros tuvo que atravesar el proceso de duelo a su manera y a su tiempo.

Reconoce que tu movimiento a través del proceso de duelo no se parecerá al de nadie más. Incluso cuando compartas una pérdida con otros, ten en cuenta que cada uno de ustedes tenía una relación única con la persona por la que están haciendo duelo. Cada uno tiene su propia personalidad, historia, creencias y sistema de apoyo. El duelo es personal, así que sean amables y compasivos unos con otros (Efesios 4:32).