[Vida de David] Deja un buen legado espiritualMuestra

Dar y perdonar

Las grandes vidas están llenas de dar y perdonar. David tuvo una buena vida, llena de riquezas y honor. Dios había provisto más allá de las necesidades de David. El rey estaba rodeado de riquezas ilimitadas, pero no capturaron su corazón. Siempre le dio crédito a Dios por darle todo lo que tenía y siempre estaba lleno de acción de gracias.

Si vamos a tener grandes vidas, y si vamos a tener una lista de deseos que incluya el cumplimiento de los propósitos de Dios, debemos estar llenos de acción de gracias y dar a los demás. Debemos perdonar. Debemos tener gracia y perdón para los demás, y gracia y perdón para nosotros mismos también.

Necesitamos tener gracia y perdón por las cosas que debimos haber hecho y por aquellas que no debimos haber hecho. Perdónate a ti mismo. Dios te perdonará. No hay pecado que la gracia de Dios no pueda cubrir. A menudo es más fácil recibir el perdón de Dios para nosotros que perdonarnos a nosotros mismos. Podríamos encontrar que nos castigamos a nosotros mismos más de lo que Dios lo haría, excepto que Dios no nos sacude en lo absoluto. Él siempre nos perdona. Él envió a su Hijo Jesucristo a morir en la cruz por nosotros. Él ofrece perdón, siempre, a todos.

De la misma manera, nosotros también deberíamos hacerlo. Si alguien nos lastima, tenemos que perdonarlo. A veces, no es fácil perdonar, pero eso es algo que debemos aprender a hacer como cristianos. Así como Cristo nos perdonó, nosotros necesitamos perdonar a otros.

Una vida que vale la pena vivir es una vida que se enfoca en dar. Ahora que estamos cumpliendo los propósitos de Dios para nosotros, queremos entregar nuestras vidas al Señor y a los demás, ser una influencia y personas de impacto para los demás. Queremos caminar con Dios, orar, buscarlo y entrar en la Palabra de Dios. Al hacer esto, obtenemos un corazón entero, un corazón fuerte para Dios.

Cuando caminemos en los propósitos de Dios, comenzaremos a dar vida. El gozo de los propósitos de Dios no está en lo que obtenemos, sino en lo que damos. Y no se trata de dinero sino de vida. Comience a dar, guiar y hacer una diferencia en la vida de alguien.

Como David dejó un legado para Salomón, ¡dejemos un legado para las personas que nos rodean!