Una vida de intimidad con DiosMuestra

¿Simple visita o presencia permanente?
“...Eliseo fue a...Sunem y una mujer rica...le insistió que fuera a comer a su casa. Después, cada vez que él pasaba por allí, se detenía en esa casa...Entonces la mujer le dijo a su esposo: “Estoy segura de que este hombre...es un santo hombre de Dios. Construyamos un pequeño cuarto...Así tendrá un lugar dónde quedarse cada vez que pase por aquí”, 2º Reyes 4:8-10 (NTV) y 11 (RV).
La mujer era descendiente de la tribu de Isacar, Josué 19:18. De ellos la Biblia dice que “tenían conocimiento de cómo discernir los tiempos para saber lo que Israel debería hacer...”, 1º Crónicas 12:32. Esa sensibilidad espiritual le permitió darse cuenta que Eliseo era un hombre de Dios. Y ella quería la bendición de tenerlo en su casa. La primera vez tuvo que insistir mucho, pero luego Eliseo visitaría ese hogar cada vez que anduviera por la zona. Seguramente porque fue muy bien tratado.
De la misma manera que la mujer preparó un lugar para el profeta, “David... preparó un lugar para el arca de Dios y levantó una carpa especial para ella”, 1º Crónicas 15:1, 3, 12 y 16:1 (NTV). Lo irresistible para Dios no fue ‘el lugar’; es decir, la carpa que David le preparó, sino el clima de adoración permanente que procuró establecer alrededor de ella. David contrató músicos para que adoraran 24/7, los 365 días al año. Él conocía el poder de la adoración: “Tú que habitas en medio de las alabanzas”, Salmo 22:3.
Lo importante no es que Dios te visite, sino que decida seguir haciéndolo. Más que eso, ¡procura que more en tu vida y en tu casa! La Biblia promete su habitación permanente: “Viviré en ellos y caminaré entre ellos...”, 2ª Corintios 6:16 (NTV). “Viviré entre ustedes y no los despreciaré. Caminaré entre ustedes”, Levítico 26:11-12 (NTV).
El respeto, la honra, la obediencia y un estilo de vida de adoración transforman el ambiente espiritual tornándolo irresistible para Dios. ‘Fuerza’ a Dios para que se quede contigo. La forma en la que tú tratas a Dios es la forma en la que Él te tratará a ti. Dios siempre estará donde sea bien recibido.
“Señor, abre mis ojos espirituales para estar atento a tu presencia. Dime cómo recrear ese ambiente de adoración y honra en el que te sientes cómodo. Quiero que mi vida y mi casa sean el sitio de tu habitación y siempre te sientas bienvenido. Amén”.
Acerca de este Plan

Cada día es una oportunidad para experimentar la presencia del Señor. Dios mismo es quien te extiende la dulce invitación para el encuentro santo: "Mi corazón te ha oído decir: «Ven y conversa conmigo». Y mi corazón responde: «Aquí vengo, SEÑOR»" (Salmo 27:8).
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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar/
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