¿Cómo orar?Muestra

¿A quién pedir?

Si recordamos lo que nos dice la Palabra, de que debemos ser obedientes y hacer lo que Jesús nos dice, vamos a adentrarnos en sus preceptos dejando de lado los dogmas humanos. Lo primero es entender que la Palabra es literal en algunas partes; en otras habla por medio de alegorías, parábolas e incluso poemas.

Miremos lo que nos dice la Escritura en Juan 14:13: "Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo". Estoy convencido de que esta parte de la Palabra no es ninguna alegoría; es una instrucción directa del Señor Jesucristo sobre a quién debemos pedir. Recordemos que la Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, son las manifestaciones del mismo Dios, cada una con una función específica y de la cual se hace la separación. Sé que suena complicado, pero es hablar del mismo elemento en tres estados diferentes y con diferentes propiedades; así como el agua que puede estar en tres estados diversos, pero con la misma esencia.

Recordemos que, en el modelo del Padre nuestro, lo primero que hace Jesús es enseñarnos a orar al Padre. En este pasaje, lo refuerza de manera directa y contundente porque el mismo Jesús no buscaba Su propia gloria, sino la del Padre que le envió a este mundo a ofrecerse en pago por nosotros. Para algunos, parecerá falta de revelación el que te diga que no pidamos a nadie más que al Padre, para otros parece locura. Sin embargo, me gustaría instarte a que busques en toda la Biblia un solo pasaje que no hable de la oración hacia el Gran Dios que ahora es nuestro Padre. Te repito lo que dije al inicio del devocional: no es mi intención ofenderte o hacerte sentir mal; la intención es mostrarte lo que dicen las Escrituras; oremos:

Padre bueno, gracias porque a través de tu Hijo nos muestras cuán grande es tu amor y bondad. Gracias porque estábamos muertos en delitos y pecados, y ahora tenemos vida mediante Cristo Jesús. En Su poderoso nombre, te pedimos revelación de tu Palabra a través de tu Santo Espíritu. Ayúdanos a entender con el espíritu lo que deseas hablarnos para tener una relación más íntima y personal contigo todos los días de nuestra vida. Que sea el Nombre de Jesús glorificado a través de las grandes maravillas que haces y deseas hacer en nuestra vida. A ti te daremos toda gloria en todo tiempo; amén.