David el adorador...el hombre conforme al corazón de Dios...compartió mí incompetencia para manejar lo que se me presenta en la vida.
"Oh Dios, escucha mi clamor; y atiende a mi oración.
Desde los confines de la tierra te invoco, pues mi corazón desfallece;
Llévame a una roca donde esté yo a salvo
Porque Tú eres mi refugio, mi baluarte contra el enemigo.
Anhelo habitar en tu casa para siempre
Y refugiarme debajo de tus alas."
(Salmo 61:1-4)
A pesar de no saber específicamente que te abruma, puedo asegurarte que la respuestas para ambos es la misma.
"Oh Dios, escucha mi clamor; y atiende a mi oración."
Cuando estás abrumado, haz como David: La primer cosa que necesitas hacer es clamar a Dios. Sólo con ir al Dios de infinita gracia, quien está amorosamente atento en todas Sus formas, me recuerda que yo no estoy a cargo.
"Desde los confines de la tierra te invoco, pues mi corazón desfallece."
No hay pecado en clamar a Dios cuando está completamente abrumado.
El pecado sería recurrir a otras opciones menos satisfactorias. Aquellas cosas son distracciones decepcionantes y poseen todo el poder de sanación de un pequeño apósito autoadhesivo en una operación a corazón abierto.
"Llévame a una roca donde esté yo a salvo..."
Todos necesitamos que Dios nos guíe. El beneficio de pararse en la Roca que está "más alta que yo" es que me posiciona por encima de las circunstancias y por lo tanto soy capaz de ver desde una perspectiva de los cielos.
"Porque Tú eres mi refugio, mi baluarte contra el enemigo..."
Cuando te estás sintiendo abrumado, comienza a declarar quién es Dios. ¡Corre tu vista de tu circunstancia y pone tu mente, boca y vista en quien es el Único capaz de ayudarte!
"Anhelo habitar en tu casa para siempre; Y refugiarme debajo de tus alas."
No hay lugar más seguro que estar permanentemente en Él y con Él. ¡La vida que Él nos da es la vida para la que fuimos hechos!
Pensamiento Feliz Para Reflexionar: ¿Qué beneficios trae a tu vida focalizarte en Dios antes que en el problema?