Profundizando - EfesiosMuestra

Otro factor que marcaba nuestra vida antes de Cristo era la falta de esperanza debido a nuestra lejanía con Dios. Gracias a la muerte de Jesús y a la sangre que derramó por nosotros, tenemos acceso a Dios. El acceso indica una relación. Ahora tenemos los medios para estar en una relación estrecha con Dios mismo y esta nueva relación trae la paz a nuestras vidas. Es una paz que caracteriza a todo aquel que elige a Jesús como su salvador.

Nuestra vida antes de Jesús se parecía a la de un turista en un país. Un turista no tiene los derechos y deberes de un ciudadano legítimo del país que está visitando. Son prácticamente extraños a los sistemas y beneficios de dicho país. En cambio, los ciudadanos tienen una gran cantidad de beneficios a los que tienen derecho, sólo por el hecho de ser ciudadanos.

Hoy, cada uno de nosotros, que estamos en Cristo, somos ciudadanos de Su Reino aquí en la tierra. Este Reino tiene a Cristo como Rey y fue establecido por los apóstoles y profetas ordenados por Dios. Nos unimos a este reino simplemente poniendo nuestra fe en Jesús e invitándole a entrar en nuestras vidas. Este reino sigue avanzando y creciendo gracias a la obra del Espíritu Santo en cada uno de nosotros, minuto a minuto, día tras día, si se lo permitimos. Tenemos acceso a nuestra herencia real prometida por Dios, puesto que ya no somos extranjeros sino miembros de Su familia.

¿Le has dado al Espíritu Santo acceso a tu vida para que estés en una comunión más estrecha con tu Padre Celestial?

¿Estás viviendo con una mentalidad y perspectiva del Reino o con una terrenal?