De Corazón a CorazónMuestra

EL FALSO FRACASO.

En este paseo que empezamos a recorrer de diferentes historias de la Biblia, hay una persona muy particular, este es Jeremías. Él era un sacerdote israelita que vivió y trabajó en Jerusalén durante muchos Años en el Reino del Sur, Judá. Él fue llamado como profeta para advertir a Israel, de las severas consecuencias que le traería romper el Pacto con Dios. Lamentablemente, todas las cosas que él predijo a Israel, así sucedieron. Jeremías fue rechazado, nadie tomó en cuenta lo que decía, y por ende Israel terminó de nuevo en el exilio.

A los ojos humanos, Jeremías fue un fracaso, un profeta que predicaba, siendo rechazado por todos, y nadie se arrepentía. Pero a los ojos de Dios, él era alguien que llegó a cumplir el propósito de su vida, alguien que sería recordado por todas las siguientes generaciones y las cosas que el dijo de parte de Dios.

En algún momento de mi vida, creo haberme sentido un fracaso, aún estando en el propósito de Dios, pero pensar en que, tal vez, ese fracaso ante los ojos humanos, puede significar que estoy cumpliendo con éxito mi propósito, aun cuando no sienta eso, me hizo recuperar el ánimo y pensar: Si tuve que renunciar a X cosa en mi vida, para cumplir un propósito, seguro es para que alguien conozca a Cristo. ¿Qué persona tengo cerca, que no conozca a Cristo y yo podría ser quién se lo presente?.

La vida es lo que es, momentos lindos y otros tristes, pero conocer más a Dios todos los días, soñar con Él y experimentar Su amor, vale la pena, cualquier sacrificio.

ORACIÓN:

Amado Dios, ayúdame a ver mi vida como Tú la ves, a encontrar plenitud y gozo, y derriba toda fortaleza de rechazo y fracaso en mi vida.