El Tribunal De CristoMuestra

El juicio del Gran Trono blanco

La Escritura nos enseña que, un día, tanto los creyentes como los incrédulos resucitarán de la muerte y serán juzgados (Daniel 12:2; Juan 5:28-29; 4:15). Pero quienes nunca recibieron el regalo de Dios de salvación en Cristo serán resucitados específicamente para una resurrección de condenación. Aparecerán ante el gran trono blanco, serán juzgados por sus malas obras, y echados en el lago de fuego (Apocalipsis 20:13-15). Este juicio es el acto supremo de la justicia de Dios, juzgando concluyentemente a los que se negaron a creer. Pero es también un acto de misericordia hacia la creación, cuando Dios limpie de pecado para siempre la tierra.

En ese día, incluso nuestros secretos más íntimos serán expuestos en juicio (Romanos 2:16), y los incrédulos darán cuentas de sus vidas como nos asegura Números 32:23: “y sabed que vuestro pecado os alcanzará”. Llega un día, amigo mío, en el que todos los pecados que no estén cubiertos por la sangre de Jesús serán expuestos. De hecho, la Biblia nos dice que, en ese día, los hombres se esconderán entre las rocas y pedirán a las montañas que caigan sobre ellos para esconderlos “de la mirada del que está sentado en el trono y de la ira del Cordero” (Ap. 6:16, NIV). Ese día llega, y para muchos, eso es una mala noticia. Porque, si sus pecados no están cubiertos por la sangre de Jesús, los acompañarán hasta el juicio.