Reinventando Mi CarácterMuestra

Jesús lo hizo por mí

En el diario vivir de todos, tenemos diferentes vivencias que nos llevan a pensar que no sabemos qué hacer. Motivo por el cual, nos lleva a solicitar apoyo a nuestras personas cercanas y oímos diferentes opiniones. Consejos que están fundamentados en experiencias personales de amigos o familiares.

Hoy queremos dejarte para meditar en que consideres que algunos de esos consejos que necesitas, son más consejos basados en la verdad de quien eres: Un Hij@ de Dios. Parte de un Pueblo Santo. Un amigo de Jesús. Y por eso debemos buscar los vínculos correctos. Que te animen. Que te acepten. Que sus palabras te permitan recordar y reconocer el amor de Dios: a Él le interesa que observes que está entre nosotros y jamás te deja.

¿Confías en que la oración te permite tener una comunicación directa con el Señor y entregar lo que no eres capaz de controlar? Consultarlo, buscarlo, averiguarlo. Tal vez te cuesta trabajo creerlo. La Palabra de Dios nos enseña que orar es depender de Dios.

Pero, ¿por qué hacerlo? ¿Cómo podemos desear depender de Dios cuando en este mundo se valora la no dependencia con nada y con nadie? Yo diría que porque confiamos en un Dios Poderoso, el Alpha y el Omega. 1 Pedro 2:6 es un versículo que podemos valorar en quien creemos: Jesús es una piedra principal y si confías en esa piedra no serás avergonzad@.

Considero que todos tenemos pruebas. Esas amenazas vienen a través de un dictamen médico o de una notificación legal o llamada de atención de tu jefe.

Cada una de ellas, nos puede hacer sentir derrotados, y con la derrota… avergonzados. Pero hoy necesitamos plantarnos en Dios. En Sus promesas. ¿Sabes por qué? Porque Él es nuestro amparo seguro, nuestro refugio, nuestra roca.

Tomémonos fuerte de la mano de Dios, tomémonos de Sus promesas inquebrantables. Él me ama y Él te ama. Dios es fiel. Dios es bueno. Dios desea pasar tiempo contigo. Él te espera en ese lugar secreto que comparten.

Confía tus preocupaciones, tus cargas al Señor. Y cuando salgas de Su presencia, deja a Dios al mando. Te sentirás totalmente diferente. Hoy, te invito a que pongas a Dios de lo imposible en el centro de tu vida. ¡Él te sorprenderá!

Ora a Dios por tus necesidades. Clama a Él por aquello que necesites, que Él haga lo imposible.