Mata El RuidoMuestra

Dios nunca se dará por vencido contigo

Dios tenía todas las razones para darme la espalda y echarme a la calle. Crecí en un hogar cristiano, hijo de un pastor que enseñaba sobre la Biblia y de una madre que amaba a Dios. Pero allí estaba yo, borracho, con una sobredosis de cocaína y tabletas de Xanax, de fiesta y desmayado en una cama en el Hotel Sheraton de San José, Costa Rica. Mi vida estaba totalmente fuera de control. Bebía, me drogaba todas las noches y me acostaba con muchas mujeres para satisfacer mi lujuria. Le había dicho a Dios que se largara, que no quería saber nada de él en mi vida. La cosa es que, aunque intenté por todos los medios huir de él, nunca me dejó.

Aquella noche en que toqué fondo, fue el comienzo de una nueva vida para mí. Cuando le pedí a Dios que me perdonara por todas las cosas malas que había hecho, y eran muchas, ¿sabes lo que me dijo? Dijo: «¡Sí!». En serio, ¡así de simple! Este impuro pecador no tuvo que hacer ninguna gran obra para probarse a sí mismo, ninguna oración extravagante, ningún pago a alguna iglesia. Todo lo que tenía que decir era: «¡Estoy cansado de vivir para mí mismo! Estoy harto de perseguir los apetitos de mi cuerpo. Perdóname. Cámbiame. Lléname con tu Espíritu Santo y dame paz». La respuesta de Dios fue: «Trato hecho».

Créeme, no tenía nada que ver con quién era yo. Fue simplemente la gracia y la misericordia de Dios. Dios me perdonó, porque me ama hasta la muerte. ¿Sabes qué más? Yo fui la razón por la que él murió en la cruz. Lo creas o no, él te ama de la misma manera, sin importar tu pasado o tu presente. No importa lo que hayas hecho o por lo que estés atrapado en este momento. Cuando estés listo para apartarte de tu pecado, él estará listo para perdonarte por todo. Así es, ¡100%! Jesús dijo: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él» (Juan 3:16-17 RVR).

El apóstol Pablo escribió sobre este tipo de amor. «El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia» (1 Corintios 13:7 NTV). Por lo general, la gente considera que este versículo se refiere a nuestro amor mutuo. Vuelve a leer ese versículo, pero esta vez pensando en el amor de Dios por ti. Él nunca se dará por vencido contigo, no importa cuántas veces le digas «No». Él nunca perderá la fe de que puedes dar un giro a tu vida. Siempre tiene la esperanza de que finalmente veas en ti lo que él ve en ti. Eres un diamante en bruto. Dios se mantendrá cerca de ti a través de cada circunstancia, ya sea buena o mala, ya sea que seas la víctima o el victimario. Dios nunca te abandonará. Su amor es demasiado fuerte para dejarte ir.

Comprometerse plenamente significa verse a sí mismo como Dios te ve. Eres especial para él. Su amor por ti es abrumador y su perdón es completo. Deja que la aceptación de Dios, tal y como eres y su deseo de que formes parte de su familia, sea tu motivación para dejar atrás el ruido del mundo y vivir tu vida para él.