De Herida a CicatrizMuestra

¿Cómo está tu corazón?

Pues el corazón de este pueblo está endurecido, y sus oídos no pueden oír, y han cerrado los ojos, así que sus ojos no pueden ver, y sus oídos no pueden oír, y su corazón no puede entender, y no pueden volver a mí para que yo los sane (Mateo 13:15 NTV).

Nuestro corazón se endurece porque es pisoteado. A veces nosotros ponemos una barrera con una falsa "Fortaleza" y no es que seamos fuertes, sino que tenemos miedo a ser pisoteados de nuevo. No le pongas esa barrera a Jesús, Él no va a pisotear tu corazón.

Él sana a los de corazón quebrantado y les venda las heridas (Salmos 147:3 NTV).

Por las heridas, tu corazón está quebrantado. ¡Pero tengo una buena noticia para ti! Jesús puede vendarte esas heridas que hay en tu corazón. Pero es necesario que quites tu falsa barrera de fortaleza y cedas a que Él trabaje en ti.

El proceso va a ser doloroso, pero jamás vemos a un doctor vendando una herida sin antes purificarla ¿cierto?. Él va a purificar primero tu corazón y luego vendará tus heridas. Ahí ya tus heridas no serán más heridas, serán cicatrices.

Hoy te invito a que dejes que Jesús trabaje en ti para que tu corazón sea sano y pueda convertirse en un corazón dulce, alegre y pacífico. Si has llorado es momento para alegrarse, porque la tristeza nos pule y nos purifica. Cuando somos pulidos y purificados podremos tener un corazón sano.