Probado y aprobado: 21 lecciones de vida y ministerioMuestra

Día 3:Vive tu vida al ritmo de Dios

“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se hace debajo del cielo tiene su hora” (Eclesiastés 3:1).

¿Cómo describirías tu nivel de estrés actual? ¿Has reservado un día para descansar cada semana? ¿Eres el tipo de persona que se toma en serio sus responsabilidades? ¿Dirías que tienes la necesidad de controlar a las personas o situaciones? ¿Qué tan bueno eres para delegar tareas a otros? Si delegas, ¿te genera ansiedad?

Cuando lees las preguntas anteriores, ¿cómo crees que se relacionan con el concepto de "ritmo?" La respuesta es todo. Verás, las personas ocupadas hacen las cosas y luego se les dan más para hacer. Si deseas hacer crecer una organización, verla prosperar y expandir tus intereses personales, entonces será necesario que aprendas a estructurar y priorizar tu vida en un ritmo piadoso.

Aquí hay una simple verdad sobre el ritmo: siempre habrá más en tu plato de lo que tienes tiempo para hacer. Puedes seguir diciendo: "Solo una cosa más, una temporada más, y luego todo volverá a la normalidad". Deja de engañarte a ti mismo. Incluso si finalmente terminas esta temporada, viene una nueva con nuevas exigencias y responsabilidades. Si no aprendes a operar en esta temporada, ¿qué te hace pensar que mañana será mejor?

El Señor escogió a Moisés para sacar a los hijos de Israel de la esclavitud en Egipto y llevarlos a la Tierra Prometida. Moisés asumió la responsabilidad de resolver las disputas y, a menudo, encontró resistencia tanto hacia él como hacia Dios. Mientras el pueblo hebreo estaba en su viaje, Jetro, el suegro de Moisés, se le acercó y le preguntó por qué se sentaba con la gente a su alrededor todo el día. Moisés respondió: “Porque el pueblo acude a mí en busca de resoluciones de parte de Dios” (Éxodo 18:15 NTV).

Jetro ofreció sabios consejos para ayudar a Moisés a resolver su problema de ritmo. Él le dijo a Moisés que buscara “a algunos hombres con capacidad y honestidad, temerosos de Dios y que odien el soborno. Nómbralos jefes de grupos de mil, de cien, de cincuenta y de diez personas” (Éxodo 18:21 NTV). Cuando Moisés siguió el consejo de Jetro, su vida pronto volvió a un ritmo piadoso.

Este pasaje de las Escrituras identifica otro tipo de enemigo que se interpone en el camino de un ritmo equilibrado en nuestras vidas. Moisés le dijo a Jetro que estaba operando de la manera en que lo hacía “porque el pueblo me quiere”. ¿Alguna vez has caído en esa trampa? Tu cónyuge o un buen amigo te preguntará por qué tienes que ser tú quien lleve todas las responsabilidades. Entonces, respondes que es tu trabajo, como si el mundo fuera a acabarse si no haces todo lo que se te pone por delante. La mentira es que eres la única persona que puede hacer algo, y esa mentira es un asesino del ritmo.

Considera: ¿Cómo es tu día de reposo para ti? ¿Practicas un día regular de descanso? Si no, ¿por qué no?

Padre Dios, revélame la mentira en la que he creído que descarrila el ritmo piadoso de mi vida. En el nombre de Jesús, amén.