Probado y aprobado: 21 lecciones de vida y ministerioMuestra

Día Dos: ExcelenciaEs un reflejo de esfuerzo y actitud

"En vista de todo esto, esfuércense al máximo por responder a las promesas de Dios complementando su fe con una abundante provisión de excelencia moral; la excelencia moral, con conocimiento" (2 Pedro 1:5 NTV).

Cuando piensas en excelencia, ¿qué viene a tu mente? ¿Piensas en algo costoso? Tal vez piensas en lo mejor de algo. O posiblemente piensas en no tener rivales. ¿Puedes decir que LeBron James es excelente en baloncesto? ¿O que Bill Gates es excelente en los negocios? ¿Eres un estudiante excelente, o padre, empleado, atleta? La lista puede seguir.

Salomón, el hijo del rey David, fue excelente en todos sus caminos. Su reputación de excelencia se extendió por todos lados. Se volvió tan famoso por su excelencia que la reina de Saba viajó una larga distancia para extender su mano personalmente. En 1 Reyes 10:4–5, ella le dio esta evaluación:

Y cuando la reina de Saba vio toda la sabiduría de Salomón, y la casa que había edificado, asimismo la comida de su mesa, las habitaciones de sus oficiales, el estado y los vestidos de los que le servían, sus maestresalas, y sus holocaustos que ofrecía en la casa de Jehová, se quedó asombrada. (RVR1960, énfasis añadido).

¿La reina quedó impresionada por las riquezas de Salomón? Sus riquezas ciertamente eran impresionantes, pero lo que realmente la maravillaba fue como él se manejaba a sí mismo y a su reino. El esfuerzo de Salomón daba frutos de excelencia. La excelencia no es dinero; es acerca de la sabiduría reflejada en la manera en que hacemos nuestros negocios. Nos muestra discernimiento, el cual es reflejado en nuestras actitudes y esfuerzos. Dicho simplemente, excelencia es hacer lo mejor con lo que tenemos disponible para cada situación–aprovechando al máximo los talentos y recursos que Dios nos ha dado.

En 1 Reyes 3:5, "Y se le apareció Jehová a Salomón en Gabaón una noche en sueños, y le dijo Dios: ‘Pide lo que quieras que yo te dé" (RVR1960). Ahora, ¿podrías imaginarte que Dios viene a ti con un cheque en blanco y te da un oportunidad? Pero ¿qué hizo Salomón? Él no pidió riquezas o victoria sobre sus enemigos. En cambio, Salomón pidió por "una mente comprensiva para gobernar su pueblo, que pueda discernir entre lo bueno y lo malo" (1 Reyes 3:9 RVR1960). Como resultado, el reinado de Salomón fue marcado por la excelencia que la reina de Saba había escuchado y fue testigo con sus propios ojos.

La excelencia se compara con la influencia de la misma forma en que se compara el brillo de un foco. Si quieres tener un foco brillante, entonces necesitarás más potencia. Si quieres tener más influencia, entonces tienes que ser excelente en tus esfuerzos. Dios te está llamando a la excelencia. Él espera que uses los dones y talentos que Él te ha dado para mostrarlos y producir excelencia para Su gloria.

Reflexiona: Si la perfección no es el estándar de excelencia, entonces ¿qué lo es? Define excelencia en tus propias palabras. ¿Cómo puedes buscar la excelencia en tu vida?

Santo Dios, quiero ser más diligente en todos mis esfuerzos. Que crezca el deseo de excelencia en mí. Cambia mi mente y corazón para reflejar Tus deseos.
En el nombre de Jesús, amén.