Está escritoMuestra

Valor de la Palabra

Por Robert Morris

Ayer hablamos de cómo Satanás nos inunda con sus palabras y mentiras. Mientras hace eso, también quiere distraernos y privarnos de la Palabra de Dios porque sabe que es lo único que tiene poder sobre él. En Amós 8:11, Dios advierte acerca de una hambruna: “Vienen días —afirma el Señor omnipotente—, en que enviaré hambre al país; no será hambre de pan ni sed de agua, sino hambre de oír las palabras del Señor’”. Él no está hablando de una hambre física, eso sería falta de pan o agua. Está hablando de la falta de “oír las Palabras del Señor”, que es una hambruna espiritual. Aquí es donde realmente tienes que prestar atención. Él no dice que hubo hambre de las Palabras de Dios; Dijo que era hambre de oírlas Palabras de Dios. O sea, tenemos la Palabra de Dios, pero hay hambre de oírla, escucharla, leerla, meditarla y memorizarla.

¿Alguna vez has estado leyendo un capítulo de la Biblia y te has dado cuenta a la mitad que has estado pensando en otra cosa todo el tiempo y no tienes idea de lo que acabas de leer? Eso es porque Satanás está tratando de robarte la Palabra de Dios. Él no quiere que nos plantemos junto al agua de vida y demos fruto. Si no puede apartarnos de la Palabra, intentará robárnosla.

Miremos a 1 Samuel 3:1: “Samuel, que todavía era joven, servía al Señor bajo el cuidado de Elí. En esos tiempos no era común oír palabra del Señor...”. Muchas veces cuando leemos este versículo, lo hacemos de manera equivocada. Pensamos erróneamente que si la Palabra del Señor era escasa, no había una revelación generalizada o, en otras palabras, Dios no estaba hablando mucho en aquellos días. Pero, sabemos que el hambre estaba en el oír de la Palabra de Dios. Dios estaba y todavía está hablando. Sabemos esto cuando miramos la palabra "raro". En hebreo, significa algo que es precioso y valioso. Samuel valoró la Palabra del Señor, así que la escuchó. La gente en ese día, sin embargo, no lo valoraba, así que no lo escucharon. La Palabra de Dios estaba disponible para ellos como lo estuvo para Samuel, pero no estaban escuchando.

¿Es preciosa para ti la Palabra del Señor?¿Es valiosa? ¿Es un tesoro? En el Salmo 119:11 dice: “En mi corazón atesoro tus dichos para no pecar contra ti". Necesitamos valorar la Palabra de Dios y esconderla en nuestros corazones porque Satanás está tratando de matarnos de hambre. Dios nos está hablando, y cuanto más valoremos Su Palabra, más la escucharemos y la entenderemos.

Oración

Señor, gracias porque todavía hoy nos hablas. Permíteme escuchar Tu Palabra y protégeme del enemigo mientras trata de privarme de ella. Quiero una revelación de Tu Palabra en mi vida. En el nombre de Jesús, amén.

Versículo para memorizar

En mi corazón atesoro tus dichos para no pecar contra ti. Salmo 119:11