Caminando con JesúsMuestra

Una invitación

Dios siempre tuvo una intención, un deseo, un plan. Él siempre quiso morar en medio de la humanidad. El jardín del Edén es ese deseo hecho material, pero el hombre eligió su propio camino.

Sin embargo, la invitación de Dios no cambió, el habitar en su Presencia y Él habitando en medio nuestro nunca salió de Su mente y Su corazón. Para llevar a cabo su cometido, urdió un intrincado y astuto plan que incluía ciertos elementos ineludibles: muerte como remisión de pecados, sacrificio como sustitución en justicia y recompensa para todo aquel que crea.

Isaías nos cuenta, en el capítulo 55, lo que Dios tiene como oferta para el que acepta la buena noticia. La abundancia y la paz caracterizan su ofrecimiento, y sus planes y propósitos se cumplirán siempre. Su mensaje sería difundido, ya no por boca de profetas solamente, sino por la acción y ejecución del plan en cuestión, pero a través de la vida de Jesús.

¡Es una buena noticia! Nuestra deuda fue cancelada. ¡Es una buena noticia! No la tuvimos que cancelar nosotros. ¡Es una fenomenal noticia! No se trata de raza o procedencia, no se trata de linaje o de merecimiento, se trata de fe. Un plan misterioso se llevó a cabo, Jesús sería el primero en resucitar para que todos los que creemos en Él resucitemos también. Así Él tendría la primacía en todo, continuaría siendo el primero y el último, el Alfa y la Omega, el principio y el fin.

Por Él todo fue hecho y nada llego a ser sin Él. Lo que en un principio parecía reservado a un sólo pueblo, por Jesús alcanzó a bendecir a toda lengua, tribu y nación. Esa es la noticia que debemos compartir y la persona elegida para hacerlo eres tú. ¡Llévala, hasta el último rincón del mundo!

• Cuando piensas en tu salvación, ¿qué es lo que más gratitud provoca en ti?


• El misterioso plan de Dios incluye a los gentiles, a quienes los judíos tenían por impuros. Eso muestra que el mismo misterioso plan de Dios incluye a quienes, en tu criterio, no lo merecen. ¿Puedes orar por una de esas personas en este momento para que la buena noticia le llegue? Recuerda, no es por méritos, es porque Dios es bueno.


• ¿A quienes les compartirás hoy esta buena noticia?