Logo de YouVersion
Ícono Búsqueda

Información del Plan

Cómo librarme del dominio del pecadoMuestra

Cómo librarme del dominio del pecado

DÍA 6 DE 11

Los hijos somos los únicos que calificamos para recibir la herencia celestial


Lo que se ve infinitamente claro en las Escrituras, es que ninguno está en condiciones de compartir la herencia del pueblo de Dios por nuestra depravación, ya que éramos pecadores culpables. Sin embargo, lo que no podemos hacer, Dios lo hace por nosotros. Esta es la posición del creyente delante de Dios. Estamos en Cristo, que es el factor de calificación y clasificación. No es nuestro carácter o virtud o buenas obras, pero es la virtud de Cristo que nos hace merecedores de la herencia.


La herencia que se entrega en el nuevo pacto es mejor que la que se prometió en el primer pacto, Una herencia es algo que por lo general no se gana ni se merece, es algo que se recibe conforme al deseo del que la otorga y legalmente se concede mediante un testamento. Lo mismo se podía decir del primer pacto y del segundo pacto.


La herencia a la que Pablo se refiere, pertenece al más alto nivel y a un orden más perdurable que el de la tierra de Canaán, ya que está con los santos en luz, es decir, en el reino de la luz y que se disfruta en el presente y en lo por venir. Esta herencia pertenece a una dimensión espiritual, imposible de ser saqueada por la guerra, hambre o cosa semejante. Esta herencia es la «esperanza reservada para vosotros en los cielos» y no es ninguna otra cosa, sino que es el Señor Jesucristo mismo. 


La herencia se da a los que son hijos, pues ellos son los únicos que califican para recibir la herencia celestial. Tanto el nacimiento, como la adopción, constituyen una doble legalidad que se presenta, para que los pecadores lleguen a ser hijos de Dios. 


Los que han nacido de nuevo por la Palabra revelada por el Espíritu, son llamados santos, que han sido separados de y para. Los santos son santificados por la Palabra, y son los hijos de luz. Los santos son la luz del mundo. Somos luz porque hemos recibido luz de Él, que es la luz del mundo. Como hijos de luz que somos, tenemos la luz de la vida. La luz debe contrastarse con las tinieblas. Estas no pueden coexistir en el mismo lugar. La luz expulsa las tinieblas. En Dios no hay tinieblas, porque Dios es luz.

Día 5Día 7

Acerca de este Plan

Cómo librarme del dominio del pecado

El hijo de Dios necesita conocer la Palabra para entender cómo librarse del dominio del pecado en su vida. Pues al creer, fue sacado de la potestad de las tinieblas y trasladado al reino del amado Hijo de Dios. Sin embar...

More

Nos gustaría agradecer a Basilio Patiño en colaboración con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: www.redrema.org www.elcentronetwork.com

YouVersion utiliza cookies para personalizar su experiencia. Al usar nuestro sitio web, acepta nuestro uso de cookies como se describe en nuestra Política de privacidad