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Cómo librarme del dominio del pecado

DÍA 10 DE 11

Tenemos redención por su sangre


Otra razón para dar gracias al Padre es porque tenemos redención por su sangre. Pablo siguió su figura de liberación, que comenzó en el versículo 13 del capítulo uno de la carta a los colosenses. Juntamente con Pablo, sus lectores, habían sido redimidos del cautiverio espiritual. El resultado de la redención, es el perdón de pecados que reciben los que están en Cristo Jesús, la única fuente de redención.


Antes de terminar el versículo 13, observe la frase «en quien», no dice: por, ni a través de quien. Por lo tanto, la idea que se da, es la de unión con Cristo. La remisión, que se ganó por la obra del Redentor al morir, es para los que por fe son incorporados en una unión mística y unidad completa con Él. Los colosenses habían entrado en Cristo cuando fueron renacidos, como entran todos los redimidos. Estar en Cristo es vital, porque toda bendición espiritual se encuentra en Él.


La palabra griega que se traduce aquí como redención, es «apolutrosis» y conlleva la idea de un rescate pagado a alguien para liberar al cautivo; y por ende, recalca el resultado de la acción de proveer liberación mediante el pago de un precio por alguien que ha sido esclavizado. Por medio de su muerte en la cruz y el derramamiento de su sangre, Jesús brindó la liberación del pecado. Él había librado a los colosenses de la esclavitud al pecado, de la culpa y del castigo que provienen del pecado. Esto fue posible por el derramamiento de su sangre. La redención fue procurada por Cristo para su pueblo, de una vez por todas, pero es recibida por ellos individualmente a medida que llegan a estar unidos con Él por fe.


La cuarta razón que mencionó Pablo en el versículo 14 de este mismo capítulo, es el perdón de pecados. La palabra perdón se encuentra en aposición con redención, que repite y explica la idea de la palabra. La redención y el perdón significan liberación espiritual, ser librados de la paga del pecado y ser libres del poder del pecado. Estas grandes bendiciones, que fueron provistas para los que están en Cristo, fueron posibilitadas por su obra redentora, ya que sin el derramamiento de su sangre, no hay perdón.


Los pecados son perdonados y lavados por la sangre de Jesús. El perdón ha sido provisto gracias a las «riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús». La gracia que provee perdón no se gana por esfuerzo humano. Los que desean recibirla deben estar en Cristo. Es en el momento del nuevo nacimiento que uno entra en Cristo y que recibe la gracia y el perdón que se encuentran en Cristo.

Día 9Día 11

Acerca de este Plan

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Nos gustaría agradecer a Basilio Patiño en colaboración con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: www.redrema.org www.elcentronetwork.com

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