Jocabed

¿Estás hablando vida en la vida de tus hijos?  Nunca sabremos el impacto que tendrán tus palabras más adelante en sus vidas.  

Cuando mis padres me llevaron a la universidad por primera vez, aún recuerdo las palabras de mi padre: “Sólo te lleva unos minutos arruinar tu reputación y años reconstruirla”.  Estaba enviando a su hija adolescente a una escuela grande y sabía de las tentaciones que enfrentaría.  Esas palabras aún suenan en mí y se vuelven verdad inclusive hoy.  

No hay dudas que Jocabed, la madre de Moisés, también había susurrado verdad al oido de su hijo.  Vivía en un tiempo en que los hijos varones se arrojaban al río Nilo.  Jocabed sabía que había algo especial en su pequeño bebé ya que vio que “no era un niño corriente”.  Para salvarlo del malvado edicto, lo escondió durante tres meses. Luego construyó una cesta y lo puso río abajo con su hermana cuidándolo de cerca.  

El mismo río que que iba a ahogarlo ahora lo llevaba hacia su destino.  

Ella confiaba en que Dios tenía mejores planes para su hijo, entonces, con fe, hizo lo que pudo para salvarlo...y su ingenioso método funcionó.  De hecho, llegó a estar en el Salón de la Fe en el libro de los Hebreos.

Moisés creció en un palacio egipcio, pero tuvo compasión de su pueblo, los israelitas.  Sabía que era diferente y había un llamado especial para su vida.  

¿Es posible que Jocabed tuviera algo que ver en eso?  En sus primeros meses de vida, él estuvo cerca de su mamá.  Le debe haber cantado, orado y hablado vida, sin saber si sobreviviría.  

La vida de Moisés fue salvada y luego fue un instrumento en la salvación de la vida del pueblo de Dios de los egipcios, que lo rescataron de las aguas cuando fue un infante.  

Jocabed sabía que su hijo era especial. Creemos lo mismo sobre nuestros hijos y también lo hace Dios.  Tiene un plan para cada una de sus vidas.  ¿Qué hablamos sobre ellos?  Que sean palabras de verdad y vida. Nunca sabemos a dónde los llevarán esas palabras.  

~Betsy