Descubre la visión de DiosMuestra

Sujetándose a la visión

Por Michael Youssef, Ph.D.

¿Te ha dado Dios, alguna vez, una visión que parecía demasiado para ti? Quizás te estaba llamando para liderar un grupo pequeño en tu hogar. O quizás había una persona específica en tu vida que necesitaba oír el Evangelio. En lugar de regocijarte en Su guía, evadiste Su misión.

A menudo clamamos que queremos la visión de Dios y que Dios nos use, pero en realidad lo decimos solo en palabras. Nuestras palabras profesan con fuerza: "Aquí estoy, Señor. Úsame no importa lo que quieras". Pero nuestros corazones susurran: "Señor, quiero servirte, pero sólo si eso significa trabajar en este proyecto o servir en este lugar. Definitivamente no quiero estar con esta persona en particular o con este grupo en particular".

Es fácil hacer el trabajo de Dios cuando el que lo recibe es alguien por quien nos preocupamos; pero ¿qué ocurre cuando Dios quiere que ministremos a alguien que es ofensivo, odioso o condescendiente?

¿Te ha dado Dios una visión que no te gusta o de la que te estás escapando ahora mismo? Cuando Dios nos insta a hacer algo, debemos obedecerle. Demasiado a menudo, ignoramos Su voz por miedo, vergüenza o desdén.

Oración: Dios, perdóname por escapar de la visión que me has dado. dame el coraje y el deseo de rendirme y cumplir la visión que Tú tienes para mi vida. Oro en el nombre de Jesús. Amén.

"—Nadie que mire atrás después de poner la mano en el arado es apto para el reino de Dios" (Lucas 9:62 NVI).