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Religiosidad vs. Expectativa – Día 4

Cuando Jesús sanó al paralítico, algunos líderes lo criticaron porque había ocurrido en sábado (Juan 5:10-12). ¡Imagínate! Un hombre llevaba casi 40 años paralizado, ¡y lo que más les preocupaba era la ley!

La religiosidad hace eso: se enfoca en las formas y se olvida de las personas. Cumple con la rutina, pero sin fe ni expectativa. Jesús quiere todo lo contrario: que vivamos esperando su obrar cada día.

La Biblia nos dice:

“Sin fe es imposible agradar a Dios.”
(Hebreos 11:6, RVR1960)

Y Jesús mismo declaró:

“Al que cree, todo le es posible.”
(Marcos 9:23, RVR1960)

No se trata de acumular costumbres, sino de creer que Él puede intervenir en cualquier momento.

En la vida cotidiana, la religiosidad es como encender un televisor pero dejarlo en “pantalla apagada”: parece encendido, pero no muestra nada. Así se ve la fe cuando no hay expectativa.

Hoy el Señor te invita a salir de la rutina espiritual y a encender tu fe. No vivas en piloto automático: vive cada día con la esperanza de que Dios puede sorprenderte.

Habla con Dios y abre tu corazón:

Señor, no quiero caer en una fe rutinaria ni vacía. Quiero vivir cada día con la expectativa de ver tu mano en acción. Renueva mi fe y despierta mi corazón con tu poder. Amén.

Piensa en lo siguiente:
• ¿Tu vida espiritual refleja religiosidad o expectativa en Dios?
• ¿Qué puedes hacer hoy para despertar una fe más viva y activa?

Próximamente en el Día 5: Levántate y anda
Mañana veremos cómo Jesús nos llama a levantarnos en fe y caminar en el propósito que preparó para nosotros.