Sal del modo reposoMuestra

¿Dónde está tu fe? – Día 1

“Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo.6 Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano?7 Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo.”
(Juan 5:5-7, RVR1960)

Este hombre había puesto toda su esperanza en un estanque. Creía que si alguien le ayudaba a llegar cuando el agua se moviera, sería sanado. Su fe estaba depositada en una tradición y no en el Dios que podía obrar en cualquier momento.

¿Cuántas veces nos pasa lo mismo? Ponemos nuestra fe en el dinero, en una persona, en un trabajo o en la “suerte”. Pero el salmista nos recuerda:

“Alma mía, en Dios solamente reposa,
Porque de él es mi esperanza.
Él solamente es mi roca y mi salvación.
Es mi refugio, no resbalaré.”
(Salmo 62:5-6, RVR1960)

Jesús no le ofreció al paralítico un método alternativo, sino a sí mismo.

En la vida cotidiana, esto es como confiar en una batería descargada para encender el móvil: por más que esperemos, nunca va a funcionar. Solo una fuente real de energía puede encenderlo. Así también, solo Jesús puede traer la verdadera respuesta a nuestras necesidades.

Hoy Dios te invita a preguntarte: ¿dónde está tu fe, en los “estanques” de este mundo o en Jesús, tu Salvador?

Habla con Dios y abre tu corazón:

Señor, perdóname si he puesto mi fe en lugares equivocados. Hoy decido confiar en ti, mi roca y mi salvación. No quiero vivir esperando soluciones humanas; quiero depender de tu poder. Amén.

Piensa en lo siguiente:
• ¿En qué “estanques” has puesto tu esperanza en lugar de ponerla en Jesús?
• Si hoy Jesús te preguntara: “¿Quieres ser sano?”, ¿qué le responderías?

Próximamente en el Día 2: ¿Cuánto tiempo más?
Mañana veremos cómo muchas veces dejamos pasar los años estancados, en lugar de avanzar en el propósito de Dios.