Dios Está en ControlMuestra

Día 26: Confianza en la Sangre de Jesús como Nuestra Arma

"Ellos lo han vencido
por medio de la sangre del Cordero
y por el mensaje del cual dieron testimonio;
no valoraron tanto su vida
como para evitar la muerte" (Apocalipsis 12:11 NVI).

La Sangre de Cristo no solo es el fundamento de nuestra salvación. También es el arma más poderosa en nuestra guerra espiritual. La Biblia usa el verbo griego nikaō, que significa "vencer completamente", para describir cómo los creyentes derrotaron a Satanás: "por la Sangre del Cordero". Esta victoria no es solo una promesa futura, sino una realidad presente.

El enemigo sigue usando la misma táctica que ha usado desde el Edén: acusar. Acusa a Dios ante el hombre ("¿De verdad lo dijo Dios?") y acusa al hombre ante Dios ("¡Miren lo que hicieron!"). Pero la Sangre de Jesús silencia todas las acusaciones. En el Calvario, el caso legal quedó cerrado. Satanás ya no tiene base para condenarte.

Cuando venga con pensamientos de culpa o condenación, no intentes defenderte con tus mejoras o promesas de cambio. Esto siempre falla porque él confía en ti. En cambio, usa el arma que Dios ya te ha dado: la Sangre del Cordero.

La Sangre nos recuerda que Jesús es tanto el sacrificio como el vencedor. Murió por nuestros pecados, pero también triunfó sobre la muerte. ¡Su Sangre garantiza el perdón, la paz y la victoria!

Usa esta arma de forma práctica:

Cuando la ansiedad domine tu mente, declara: «La Sangre de Cristo ha comprado mi paz».

Cuando el miedo te mienta sobre el futuro, proclama: «La Sangre de Cristo ha asegurado mi destino eterno».

Cuando la tentación te ofrezca un falso placer, responde: «La Sangre de Cristo ya ha satisfecho la justicia de Dios en mi nombre».

No luchas para alcanzar la victoria; luchas desde la victoria ya obtenida. Cada acusación fue respondida en la cruz. Cada deuda ya ha sido pagada. La Sangre habla más fuerte que cualquier ataque.

Mi oración:

Señor Jesús, Vencedor y Cordero, gracias porque tu Sangre no solo es mi salvación, sino también el arma contra todo ataque espiritual. Enséñame a vivir como más que un vencedor, declarando a diario el poder de tu Sangre. Cuando surjan acusaciones, temores o tentaciones, ayúdame a responder no con mis propias fuerzas, sino con la obra consumada de la cruz. Que siempre viva y luche desde la victoria obtenida con tu preciosa Sangre. Amén.

Preguntas para reflexionar:

1. ¿En qué áreas de tu vida espiritual necesitas aprender a usar más activamente la Sangre de Cristo como arma?

2. ¿Cómo cambia la certeza de que Satanás ya ha sido derrotado la manera en que enfrentas las acusaciones y la condenación?